La mejor afición del mundo para el mejor club del mundo, qué menos. Ayer durante la final pudimos ver un resplandeciente ejemplo: Con una barretina por cerebro, corría por el campo portando una bandera del Barça, que arrojó despectivamente a la cara de Figo. ¡Qué señorío, qué saber olvidar, qué «seny» en definitiva! Y gracias que no le escupió, aunque yo me pregunto qué tendría que hacer la afición del Deportivo cada vez que el Barça visita su estadio. Claro que deben estar ocupados en quedar mejor que ellos casi todos los años.
Una afición ejemplar la blaugrana, digo, pero qué otra cosa puede esperarse de un club de intachable historial, al que nunca le han cerrado el estadio (y si lo cierran vamos a los tribunales, ¡faltaría más!), que nunca ha sido excluído de la Copa del Rey (aunque sí le han indultado), que nunca ha faltado de Europa (y si falta, se apunta a la intertoto). En fin, que no importa lo que esté podrido por dentro, mientras podamos mantener todos esos «nuncas»… Y alguno me dirá que el especimen de ayer era sólo uno y no representa a la afición. Es cierto; había olvidado que cuando se juntan llueven cabezas de cerdo del cielo…
