Topos, «insiders» y una nueva mentalidad

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El debate sobre las filtraciones de información desde el seno del Real Madrid se ha hecho muy recurrente, no ya en la temporada actual, sino en los últimos años. No es un problema en absoluto nuevo, sino bastante imbricado en el mundo del fútbol desde casi siempre, pero que ahora alcanza especial eco gracias al impacto de internet. Además, el fenómeno del intercambio de favores entre futbolistas y periodistas se ha maximizado en los últimos años debido a la infantilización de todos los estamentos del fútbol, con unos jugadores cada vez más veleidosos y mimados, y unos profesionales de la información que han perdido el distanciamiento imprescindible en su oficio y raramente superan la fase del «asombro ante el ídolo».

El Madrid es especialmente vulnerable a este tipo de endiosamiento, por ser un club alimentado desde hace décadas de mitos y épica. El epítome de esta cultura fueron los 15 años de raulismo, en los que vimos el aterrador poder de una simbiosis total entre jugador y prensa, sin la oposición del contrapoder que hoy ejerce la red. Casillas es un ejemplar aún más perfecto de esta raza, y probablemente el último puro, gestado en la era pre-internet. Loado, como Raúl, desde su más tierna infancia futbolística (la puta convocatoria en el instituto), enseguida entró en el juego de sus juglares, quizá inconscientemente al principio, pero luego plenamente integrado en él, comprendiendo sus múltiples ventajas. Se ha convertido en el principal sospechoso de filtrar alineaciones y otra información delicada por la aplicación de la metodología criminalista clásica: quién tiene los motivos, los medios y la oportunidad.

Pero como éramos pocos, parió la abuela: no son ya sólo los periodistas los que reciben información privilegiada, sino también aficionados que han logrado trabar amistad con algunos jugadores, la cual trocan rápidamente en réditos en twitter, ese «fast food» del debate público que puede hacer mucho bien, pero también amplificar el caos. Pocos de esos «tuitstars» son capaces de redactar cuatro párrafos de alguna calidad periodística, pero se deleitan ganando seguidores a golpe de «perlas de sabiduría» de 140 caracteres y haciendo gala de su condición de «insiders», desvelando pequeñas exclusivas recibidas vía whatsapp. Si bien la vanidad de un tuitero es difícilmente controlable, hay que pedir a los que les suministran información que no conviertan la cercanía mal entendida al aficionado en un problema adicional para el club.

ramos

Como ya relaté en mi entrada Blues de Topillas, gente como nuestro dorsal 1 probablemente el ve el colaboracionismo como algo normal, «lo que mamó», pero en el Real Madrid urge un cambio radical de cultura, que primero imponga un terrible precio a la infidelidad, y después la haga inconcebible. Esto obviamente conlleva castigos estrictos, quizá traumáticos al principio. ¿Cuánto hace que no se aparta a un jugador de la plantilla? Sí, lo vimos con peones como Pedro León, pero nunca con figuritas displicentes tipo Guti, y no digamos ya con «vacas sagradas» como Casillas o Ramos. No se debe temer señalar a un jugador cuando pierde toda noción de a quién debe realmente lealtad: no hacia la prensa ni la selección española, sino hacia el club que le da de comer a él y a su familia. Deben instaurarse protocolos estrictos de confidencialidad, control de dispositivos móviles en las instalaciones del club y sanciones disciplinarias, multas e incluso despidos para cualquier empleado que viole estas normas, hasta conseguir grabar a fuego esta nueva mentalidad. Resulta ridículo decir que «eso no se puede hacer en un club como el Madrid». Se puede y se debe.

No puedo obviar, con todo, el gravísimo obstáculo que para esto supone la actual ley del deporte, que estipula que cualquier pérdida económica anual de un club debe ser compensada por el patrimonio personal de sus directivos. Así, incluso aunque el Madrid quisiera desprenderse de un jugador terriblemente desleal, a costa de perder millones con ello, nuestro estrecho margen de beneficios implicaría posiblemente entrar en números rojos ese año, y aún no conocemos directivo madridista tan desprendido como para poner dinero de su bolsillo en un caso así. Por ello, el Madrid ha de moverse para cambiar esta ley -por otro lado completamente obsoleta, como demuestra el estado ruinoso de nuestra liga- y poderse dar el lujo de tener pérdidas económicas controladas; y de paso, eliminar el requisito del monstruoso aval exigido para presentarse a las elecciones del club.

Para eliminar la noción de que esto es inconcebible o impráctico, la masa social ha de tirar hacia arriba del Madrid. La actual generación de socios compromisarios, avejentada, destecnologizada y criada a los pechos de As y Marca, probablemente esté perdida para la causa, pero gradualmente se la debe ir sustituyendo por otra mucho más crítica e informada. No puede ser que una asamblea se convierta en un bosque de papeletas blancas aprobando cualquier ocurrencia del presidente, incluso las más lesivas para el crecimiento y dinamicidad del club (¿se ha producido en algún momento un verdadero debate sobre la necesidad de un nuevo estadio, o sobre los requisitos actuales para ser presidente?). Hacia eso se ha de ir, aunque hablemos de un proceso lento, probablemente cercano a los 20 años. Pero cuando estemos en ese punto, la directiva sabrá que puede apartar a cualquier empleado que se haya hecho acreedor a ello sin temer las iras de la afición, esperando antes su aplauso, por colocar en la cúspide de prioridades el bien de un Real Madrid que es multinacional, sí, pero ante todo club deportivo.

Todavía no

Por Jarroson

Se puede tener personalidad y ser a la vez un poco lerdo, y así nos lo demostró Ancelotti con un once algo controvertido. Al entrenador hay que reconocerle valor, pues una persona sin valor no sería capaz de despreciar una ventaja psicológica adquirida a lo largo del curso pasado (1 derrota, dos empates y 3 victorias en enfrentamientos directos) con solamente una alineación.  Lo que no se sabe es si tras las toneladas de valor hubo algún gramo de convicción. Salió Ramos en el medio, que fue una forma muy sutil de decir “tengo miedo de ellos y de vosotros”.

Tras la fantástica inventiva táctica de Ramos -sueño húmedo prisaico desde el principio de los tiempos-, me sorprendió la elección de los laterales, algo que todo el mundo interpretó como una forma de atacar por fuera. Buena idea si no fuera porque Marcelo y Carvajal no pudieron o no supieron hacerlo durante 45 minutos, y atendieron casi únicamente a labores de contención. ¿No habría sido suficiente con Arbeloa – Marcelo para equilibrar mejor la presencia de Neymar? A Carvajal le tocó bailar con la más fea, y la más fea le hizo gemelos. No obstante el canterano jugó una buena segunda parte.

El problema fueron los primeros 45 minutos. El Madrid salió con una terrible aprensión, no se sabe si aturdido por las 90.000 gargantas cantando el himno del Barcelona al principio del partido -estando acostumbrados nuestros muchachos al glorioso himno del centenario- o si tal vez fue por el jarabe que el doctor Ancelotti les recetó antes de salir al campo. Como bien nos enseñó aquel maestro tan bueno que tuvimos en la escuela cuando éramos pequeños, se puede dominar el balón sin dominar el partido, dominar el partido dominando el balón, e incluso dominar el partido sin dominar el balón. El Madrid salió a no morir y no murió, sobrevivió sin molestar. La presión se organizó en 4-3-3 con Modric yendo a buscar a Xavi. El plan en cuanto se recuperara la pelota era la contra, pero el Madrid lo confundió con el pelotazo a ninguna parte.

Dijo Pitaco de Mitilene que para conocer a un hombre había que revestirle de poder. Para conocer la inteligencia de un futbolista, sácale una amarilla. Busquets y Ramos se llevaron las dos primeras amarillas del partido en los 10 primeros minutos. Busquets pasó inadvertido, no así Ramos, que fue sustituido por Illarramendi. La secuencia completa de la amarilla a Ramos  es como el guión de una mala película de terror americana en la que se puede adivinar dónde, cómo y cuándo caerá cada gota de sangre. De todas formas, tampoco nos vamos a poner a pedir peras al olmo a estas alturas del camino. Neymar, futbolista vivo, dinámico y difícil de parar le hizo dos niños a Carvajal, una niña a Varane y un sobrino a Ramos; y a todo asintió López desde lejos con una verónica en el 1-0.

Y así pasó la primera parte, con Modric haciendo reanimación cardiopulmonar a cada jugada del Madrid, ya que el croata fue la única alternativa, los restos de agua encontrados en Marte; porque si atrás el equipo quedó empotrado, arriba no fue mejor. Bale seguramente sea un futbolista fantástico en un tiempo, pero a día de hoy es un jugador con mucha ansia, ninguna pretemporada y sin orientación en el campo. De la misma forma que el año pasado vimos a Modric sólo en 2013 -dichosa costumbre postmoderna de fichar al final- a Bale lo veremos en 2014. Ese hueco no ha de ocuparlo otro que Di María o Jesé, cuya ausencia reiterada en este principio de temporada no puede deberse a otra cosa que a un exhaustivo tratamiento ludovico, pues recordemos que el chaval tiene grandes cualidades futbolísticas, pero viste otras taras.

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Busque las diferencias.

En la segunda parte Ancelotti volvió al sentido común, lo que Steve Rivkin definió como “facultad que posee la mayoría  de las personas para juzgar razonablemente las cosas”, ya que se le estaba poniendo al italiano una cara entre Pellegrini y Juande Ramos muy decepcionante. Salieron Illarramendi y Benzema por Ramos y Bale (casualidad) y el Madrid se hizo con la pelota, el discurso, el mérito y el partido (más casualidad). Illarra hizo que Khedira volara más alto en la segunda parte, Modric pudo coger aliento y el Barcelona se dedicó a replegarse. Adriano tocó involuntariamente un balón con la mano en la primera parte y Mascherano empujó a Cristiano en la segunda, pero Undiano cobró con intereses lo de Elche, puesto que en temas de arbitraje vivimos en un barrio irlandés de New Jersey, cuando todo el mundo sabe que en New Jersey hay que instalarse siendo siciliano. Luego Karim Benzema, futbolista con tanto talento como poca implicación estuvo a punto de empatar el encuentro con un disparo al larguero, y justo después Alexis marcó de la forma más cruel. Al Madrid aún le dio tiempo a marcar y maquillar el resultado -gol de Jesé-, y en los últimos instantes el Barcelona hizo monólogo interior con la pelota.

El partido deja sensaciones encontradas: se percibe el potencial del equipo de una manera tan intensa como la inseguridad del cuerpo técnico en aspectos fundamentales en el devenir de la competición. Aunque no me gustan algunas decisiones de Ancelotti, no queda otra cosa que (joderme y) esperar acontecimientos. El trabajo en Valdebebas debe dar frutos, la situación en Liga es mala pero no catastrófica, y en Champions se han dejado buenas sensaciones.  Próximas paradas: Sevilla, Vallekas y Turín. Hala Madrid, hijos de puta.

Jarroson edita Veintiséis pavos en mi mano.

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– Little Corner Country: 2 (Neymar y Panchilexis)
– Real Madrid: 1 (Jesé)

Incidencias: Arbitraje impecable de Undiano. Riguroso con el reglamento, valiente, a la altura de las circunstancias (risas). Una pequeña bandera independentista de 25 metros se le pasó a la seguridad del estadio.
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El Farsa es una banda

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Redneckismo.

A muchos los partidos contra la Farsa les parecen de lo más trascendentales y complicados, un punto de inflexión en la temporada, pero mirad lo que os digo: son un día más en la oficina. Hay que recordar que a estos nos lo hemos follado en todas las posturas y en todos los lugares, privados y públicos: en la cama, en el suelo, en cuartos de baño, en rellanos de escalera; con amor y a lo guarro; acabando dentro y en la cara. No sólo eso: nos han dado las gracias, han pedido más y hemos respondido: «hasta la próxima, nena». Y no hace falta apelar al registro histórico, ya que nuestro balance reciente contra ellos es más bien favorable. ¡Joder, que el año pasado los apalizamos con los suplentes!

Sí, sé que algunos están impresionados por su «efecto Terminator», consistente en que, por muchos cambios de entrenador que tengan, siguen avanzando impertérritos y juegan más o menos igual de un año a otro. Y algo de eso hay, pero yo creo que estamos más ante un efecto «avión sin combustible»: sí, por un buen rato se sigue volando por inercia, planeando, y todo es ji ji, ja ja, ¿pero qué pasa cuando se acaba esa inercia? Que el avión entra en barrena, se mete el gran hostión contra el suelo y todos mueren calcinados entre el terror y la agonía. Pues eso es lo que le va a pasar a la Farsa de los cojones. Pero vaya, si alguien le ve hechuras de gran equipo que me lo diga, y sobre todo que me lo explique, porque a mí me parecen el mismo chiste, pero cada año contado con menos gracia.

¿Y el Madrit? Si nos quitamos las gafas de la histeria y no ejercemos de Gata Flora, como es nuestra costumbre, vamos bastante bien. La entrevista que dio anteayer Angelotti al Bizconde sirvió para conocer mejor al personaje, un tipo ponderado que ha visto de todo, y que abordó directamente el tema de si tomaba «sugerencias de arriba». Da toda la impresión de que son leyendas urbanas, y si bien al hombre le gusta tener mano izquierda y contentar a tantos como pueda, también es un profesional solvente, tan válido como casi cualquiera de la élite. Si con la plantilla que tenemos no se logra formar un equipo con cara y ojos, seguramente será por cuestiones más allá del entrenador. Démosle un respirito, ¿eh?

Tácticamente, parece que estamos yendo gradualmente hacia un 4-3-3 -sistema largamente anhelado-, con CR, Di María y Benze como primera línea de presión y Bale en la puerta de espera, con la posibilidad de que sea titular hoy. Me parece bien el sistema, porque es moderno y eso (?), y también la titularidad del galés si se produce, que al fin y al cabo esto es un espectáculo; aunque mi apuesta es que entrará en el segundo tiempo. La segunda línea de tres está sufriendo cambios constantes, y creo que pasará un tiempo hasta que se decidan los titulares. Para mí Modric es siempre fijo, y lo demás que lo decida Carlo, que es el que ha estudiao pa esto. Por cierto, que en la Farsa son muy ladinos y ahora han descubierto que Özil es el mejor mediapunta del mundo, cosa que jamás dijeron cuando estaba aquí. De verdad, son más falsos que un billete de seis euros. Pero hoy vamos a dejarles las nalgas en carne viva, y encima estaremos de vuelta en casita a tiempo para cenar. Oh, sí, será muy divertido.

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La Porra estará abierta hasta las 18:00

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¿Eres un modernillo de la vida? ¡Pues visita la nueva wep Coolturetas! ¡Hijo de perra!

Fue bello mientras fue bello

Por Jarroson

Como si quisieran quitarme al Madrid y nunca más pudiera volver a verlo, al parón de selecciones más largo y deleznable de la historia se sumó un fin de semana con trabajo que no me dejó ver el partido del Málaga y culminó con un atasco que hizo que, mientras yo llegaba al salón, Cristiano ya estuviera celebrando el 1-0. Visto desde otro punto de vista, que uno llegue a casa con la cena hecha y Cristiano corriendo hacia ti para festejar el primer gol tampoco es para lamentarse. Significativo once de corte mourinhista de Ancelotti, de la cepa 2010-2011, con sólo dos updates: Illarramendi por Alonso y Modric por Özil. El resto, además del cambio de esquema contenía algunas reminiscencias de antaño: Marcelo recuperado, Casillas en portería, Di María en la derecha, Benzema en punta, etc.

Otro aspecto de evocación claramente mourinhista -¿retroceso de la fase anal a la oral?-  fueron los 20 primeros minutos del Madrid, verticales, agresivos y de un fútbol por momentos violento en relación a los estándares actuales de mojigatería . Fueron minutos de belleza: que no os engañen los mequetrefes, los apóstoles y los vendedores de seguros en trajes de 60 € con licenciatura de periodismo; no existe nada más eficaz que la agresividad, la presión y la verticalidad. Hay una jugada que representa bien esta actitud: Ramos se apoya en Illarra para pasar a Marcelo, que acelera y cede a Cristiano. El portugués arrastra a la defensa turinesa antes de abrir a la derecha a Di María en área contraria, quien desbarata la ocasión (bendito sea el extremo cerrado a pierna cambiada). La gente se agolpa en la televisión para ver a Bolt en la final de los 100 metros, no para ver a Abel Antón corriendo una maratón.

El Madrid jugó en lineas generales una buena primera parte. Illarramendi va cogiendo poso y Marcelo es Américo Vespucio descubriendo a los castellanos un Nuevo Mundo. Por la derecha, en el lado industrial y obrero del equipo, Arbeloa – Khedira – Di María tejieron el 1-0. Gratifica descubrir que cuando Özil se fue del Madrid dejó el medio segundo de clarividencia a Di María, que nos ha estado atormentando a todos durante estos tres años.

Es injusto pedir a un aficionado que sepa cómo juega el Madrid cuando aún no lo tiene claro ni su entrenador, pero me aseguran que ayer defendió en 4-3-3 con Cristiano, Benzema y Di María en una primera línea de ‘presión figurativa’ y una segunda de presión real donde brillaron Modric, Khedira e Illarramendi.  Con juicio y entendimiento adivinó Conte el factor Di María, clave en fases defensivas años anteriores. Pogba acostado a la izquierda pasó de boutade a único problema relevante en la primera parte, creando un conflicto continuo a Khedira – Arbeloa.

No fue azar que el empate de la juventud turinesa llegara precisamente con Pogba descolgado en la izquierda. Arbeloa se fue con Llorente para cubrir una excursión de Pepe y Pogba revivió un balón que moría en la línea de fondo. El portero hizo gala de sus reflejos de meta de balonmano, pero no fue suficiente para evitar que Llorente marcara en el área pequeña. ¿Hay portero en la elite que se haga respetar menos en el área pequeña que Casillas? Al menos tras el gol no recriminó a sus compañeros, algo es algo. 20 minutos duró el juego intempestivo del Madrid y 25 minutos la argumentación seria del partido. Tras el tanteo, la desconfianza inicial y las citas de poetas existenciales, el Madrid y la Juventus se encontraron más cómodos en el tuteo y en los gags.

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La segunda parte quedó marcada por el derecho de pernada de un árbitro con pinta de trabajador de caja de ahorros de un pueblo de Soria. Expulsó sin motivo a Chiellini y a la fiesta de los locos se sumó Ancelotti con sus cambios lisérgicos, que trasladados a la literatura son un capítulo de Rayuela después de un cocido madrileño. Lo más accesible que hizo Carlo fue no mezclar a Benzema y a Morata en un solo cambio para que la entendida afición del Bernabéu (60.000 tíos se repiten eso por las mañanas mientras se miran al espejo del As en la barra del bar) no se cargue al francés, que tiene un fútbol apto para paladares aficionados a la cocina minimalista. Luego llegó la traca final de Bale en la derecha y en el centro, que es el sacrificio de Isaac a manos de Abraham, para que el dios Florentino vea que Carlo es un hombre de fe.

Los jugadores, ecosistemas de alta sensibilidad, participaron en la bacanal de sabores, explosiones, júbilo y desconcierto con unos últimos minutos infames, jugando en el alambre ante un equipo italiano. La desgracia sólo se produjo en la mente de los madridistas más avezados, que nos vamos a la cama dejando disfrutar a los más ingenuos, pues de los niños es el Reino de los Cielos.

De entre la maraña de antiguos muebles mourinhistas apilados en el desván y el catálogo de fachadas renacentistas de la mesa del recibidor se adivina una intención de control y verticalidad convenientemente mezclada, pero de momento todo es una ideología que se debate de lunes a viernes en los pasillos de las casas prefabricadas de Valdebebas, la única certeza a día de hoy. El consuelo es saber que el Madrid tiene 17 futbolistas a disposición del entrenador útiles para un partido.

Jarroson edita 20sixdollars in my hand.

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Real Madriz: 2 (Yitán & Yitán, uno de penalti)
Shuventus: 1 (Llorente)

Incidencias: Aplausos al madridista de postín Fernando Llorente. Lo de siempre.
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La Shuve me la shupa

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Es innegable que el partido de hoy ha despertado mucha expectación, por ser el primer duelo europeo de postín de esta temporada y por ver si el Madrid acaba de encontrarse a sí mismo. Y la verdad es que el choque contra la Juventus (la vecchia putana, que le dicen los cachondos) se muestra propicio para levantar el vuelo, porque si bien el año pasado ganaron la Liga italiana con gran suficiencia, han tenido un comienzo de temporada bastante horrible, con dos patinazos en Champions ante rivales claramente inferiores y una humillante goleada contra la Fiore, que le endosó el otro día cuatro tantos en 15 minutos (remontando un 0-2, para más inri). Considerando que el Galatasaray les metió tres en su propia casa, hay bastantes motivos para pensar que la defensa blanquinegra este año no es demasiado seria. (Por cierto, lástima no poder ver en Champions a la Roma, espectacular líder se la Serie B con pleno de victorias y un solo gol en contra.)

Frente a esta Juve mal guarecida tenemos a un Madrid que, pese a las dudas que pueda generar, lleva 19 goles en 9 jornadas de Liga y unos espectaculares 10 tantos en dos de Champions. Como decía el clásico, al loro, que no estamos tan mal. Por supuesto, el equipo que hemos visto hasta ahora no es el auténtico Madrid 2013, toda vez que le ha faltado Bale, factor diferencial por mucho que algunos intenten minimizar el peso individual de los jugadores. Y tampoco puede olvidarse otra ausencia, la de Varane, que hoy vuelve felizmente a la convocatoria. Sería muy interesante ver a estos dos «factores correctores» jugar juntos muchos minutos esta noche. También de interés será el desempeño de Benzema, inmerso en una batalla por su futuro en la que intuyo aún no ha dicho su última palabra, sobre todo en esta competición cuyo himno lo activa como si tuviera un conficionamiento hipnótico.

Miro la plantilla de la Juve y no conozco a muchos de sus jugadores, comprobando felizmente que no soy un puto Julio Maldonado de la vida. Sí, me suenan Cáceres, Chiellini o Pogba, pero nada puedo decir de Simone Pepe (Pepe contra Pepe), Paolo de Ceglie, Marco Motta o Marcelo Isla (aunque apestan bastante a paquete; los nombres son muy indicativos en el fútbol). Luego está un tercer grupo de jugadores muy conocidos, como Buffon (que siempre fue mejor que Casillas), el neanderthal Tévez, el presidiario Vidal (no fichar jamás), Pirlo con sus 34 añazos y, cómo no, Fernandito Llorente, que no acaba de encontrar acomodo en ningún sitio; hasta ha sonado para el Madrid, que sigue suspirando por un 9 clásico, más tras ver goles como el de ayer de Lewandowsky (Ola Özil ke ase). Parecen los italianos, en todo caso, un grupo por debajo de los actuales tops europeos.

Lo que nadie podrá negar es el sabor clásico de este partido, de tiempos en los que quizá mandábamos más. Una sensación reforzada por la visita de Andrea Agnelli, el Michael Corleone de la Juventus, que debe tener tanta pasta que no le importa ser cejijunto. «28 scudetti ufficiali, ma per gli juventini sono 30», afirma, rememorando el lamentable caso Calciopoli. Bien, ese es el espíritu, seguro que se lleva bien con Floper (¿nos hará precio por Llorente?). Será una pena dejar a su equipo al borde de la eliminación, pero el Madrid no puede permitirse tener piedad ahora: si ganamos los dos próximos partidos, los que empezaban a lanzar sombras sobre este equipo tendrán que volver a sus madrigueras y presenciar, compungidos, nuestro enésimo resurgimiento triunfal.

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Y esta tarde viviremos un prólogo ideal al partido con el primer Foro de Debate de Primavera Blanca, una serie de eventos que se celebrarán en el Ateneo de Madrid todas las jornadas de Liga de Campeones. El tema de esta primera entrega será “PERIODISMO DEPORTIVO Y REDES SOCIALES ¿La quiebra del cuarto poder?”, y tendrá como ponentes a Siro López (periolisto), Juan Ignacio Gallardo (subdirector del diario Macarra) y Juan Guerrero Burgos (presidente de Primavera Blanca). Andaré por ahí haciendo el friki si me queréis saludar, hijos de Siro López.

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La Porra Virtual estará abierta hasta las 20:45

Boqueronada

Por Mikicrack (No confundir con Miki el Mikingo)

Estábamos ansiosos de que llegara de nuevo la liga tras el parón por esa mierda que se llama partidos de clasificación para el Mundial. No diríamos nada si todavía el equipo de casi todos jugara contra equipos en condiciones y en estadios decentes, no contra equipos de jardineros y alfareros en estadios-estercolero para hacer caja para ese ente que llamamos Federación. En el día de ayer nos encontrábamos con un rival más que descafeinado. Atrás queda un Málaga con jugadores con cierto nombre y que practicaban un fútbol alegre: el antiguo Isco, el guardián Demichellis, Saviolín, etc. Ahora mismo el equipo del moro que pone la pasta está bajo mínimos y se puede apañar más o menos para no descender, pero que se ande con el bolo colgando y verá.

El Mandril, tras un comienzo de temporada bastante dudoso, necesitaba dar un golpe de timón y demostrar que su rumbo en liga se puede enderezar, ganando con solvencia en un partido que se prestaba a ello, en el Pipabeu y ante un equipucho entrenado por Schuster. Carletto volvió a empezar su 4-2-3-1 con los jugadores habituales, siendo la mayor novedad la entrada del joven Morata en lugar del Ha+ (Horchata A positivo), que parece salió cojeando de camino al estadio (uy qué pena…cómo se notó que no estaba…). Por su parte, el golfista alemán planteó sobre el césped un 10-1, siendo Willy Caballero el hombre más adelantado.

Es cierto que el Mandril no juega ni a las tabas, y se dice que hace un juego de mierda, pero la verdad es que no nos planteamos a qué juegan los equipos que se enfrentan a los blancos. Y… ¿a qué juegan? Pues al frontón, y ellos hacen de pared. Esto hizo que la primera parte se convirtiera en un pedazo de mojón, durante el cual cayeron dos cafés del Mercadona. El Madrid tenía la pelota, la movía, pero poco más. No acertaba a tirar a puerta, ni a meterse dentro del área, y las únicas posibilidades, cómo últimamente, pasaban por que el Moto Ratón argentino colgara balones hacia el área metiéndose hacia dentro, y rezar porque alguna cabeza engominada acertara a rematar.

Con este panorama se llegó al final de la primera parte, empatados a cero, y alegrándome de no pagar por una entrada de 50 pavos en el cuarto anfiteatro. No hubo pitos por parte de la grada, pero recordemos que estábamos en la hora de la siesta y todavía teníamos los ojitos cerrados.

caspillas
“Si no juego me voy”. Pues vete a tomar por culo.

Comenzó la segunda parte sin cambios en los dos equipos. Tontolotti diría “Pa qué, si esto funciona de puta madre”. El Madrid por entero, salvo el portero, en campo rival y el Málaga apretaditos todos en su área como si estuvieran en una sauna gay. Pero… ¡oh sorpresa! Gol del Madrid en una jugada totalmente novedosa… Di maría se mete hacia dentro y centra para que algún engominado marque. La gomina de Cristiano evitó tocar el balón, lo cual descolocó un poco a Willy Caballero (Bruce Willys), que se la comió, único error del portero malaguista.

Como era de esperar, el partido cambió… al menos un pelín. El Málaga se abrió y cambió a un sistema 9-2 con falso 9. Eso permitió que los merengues tocasen con un poco más de espacio y comenzasen a verse más las subidas de los laterales. Es entonces cuando comenzó el festival de paradas del  portero argentino, que una y otra vez desbarataba las incursiones mandrilistas en área contraria, así como los disparos a media distancia. El gitano -el nuestro, no los suyos- acabó un poco frustrado en este aspecto.

Llegando casi al final del, partido el expreso de Cardiff, que había entrado por Morata, cayó dentro del área y el hombre de amarillo pitó pena máxima. Se encargó El Bicho de transformar, que tras hacerlo pidió perdón a la grada por no haberle metido los tres o cuatro de rigor al equipo rival. Yo, te perdono, hijo mío.

Cabe destacar algunos aspectos del partido:

• Etarramendi. De momento, aparenta ser un Milla de 30 millones de euros. En cuanto el comegulas se recupere va al banquillo. Le queda mucho recorrido a este chaval.
Laterales. Carvajal debe ganarle la partida a nuestro muy querido John Cono. Tiene subida, regate y pase, aunque le quede tapar un poco más su espalda. Marcelorzas, por otro lado, el izquierdo, debe ser titular sí o sí.
El 9. Se agradece la participación, esfuerzo y compromiso de Morata, que busca la pelota, a la defensa y es generoso en el esfuerzo.  Puede que no sea, al menos de momento, un pedazo de delantero de talla mundial que necesita el equipo, pero es lo mejor que tenemos. Benzemá, a tu puta casa.

– Real Mandril: 2 (Di María y Yitan)
– Boquerones morunos: 0

Incidencias: El jersey feo de Schuster.
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