Rappol
El niño caprichoso que todavía sobrevive en mí me pide la cabeza de Carlo, el culo de Guardiola y el cuerpo de Camavinga. Me pide la gloria, el milagro y … le digo que mejor, huevos con bacon y buen café para desayunar mañana. En bandeja, por supuesto. Y de postre frutos rojos y una mamada. Porque, afortunadamente, ahora soy un señor mayor caprichoso. Los niños caprichosos vociferan, temblequean y rabian como indios electrocutados involuntariamente sobre el techo de un tren hasta que se dan cuenta de que, de repente, hay algo mejor, más muelle… seguir cayendo por la cascada.
Si el mundo son matemáticas, el fútbol son matemáticas. Matemáticas y azar —no estoy hablando del primo belga del Barón Karkonnen—; y la estadística son las matemáticas, por ejemplo, de los pollos y del dinero. Los años a cero se compensan en la serie con rachas como la pasada recientemente por el Real Madrid en Europa (y la consideraremos como pasada porque el estiramiento de la Gran Generación de Las Leyendas ha llegado, finalmente, hasta el Etihad; lo que no significa necesariamente que un equipo remozado en un par de años pueda… ¿para qué calentarse la cabeza con esto?). Y la estadística dice que, con los años, hasta Julio Iglesias acaba metiéndola menos. Mucho menos. Y al final muere. El Real Madrid de las 5 de 10, 3 sin sacarla, murió también. Y nos deja algunos buenos inseminadores y a los Hijos de Pelé.
Lo que pasó fue muy sencillo. BEP, con un equipo en la misma plenitud que aquel que se lo folló en Munich años ha, adoptó el rol de activo (BEP no, su equipo en plenitud) y transfiguró el rocanrol bumerán del imbécil de Miguel Ríos para tomarse cumplida venganza. Aparte, matices millonarios y de cambios de siglas, geografía, idioma, cultura, elásticas y parafernalia sexual, el City (el City, el Manchester City, nótese la pobreza estética) cayó sobre el Real Madrid como parece que caerán los peñascos de la montaña sobre el bello pueblecito de Brienz, Suiza; como la molicie destruye a la belleza, la estadística a la poesía y los best-sellers a Evan Dara. Como una brutalidad adinerada, como matemáticas estadísticas del pollo que te tomarás. Un colocón de los de Nacho Vidal para hacerse pajas. Enhorabuena, BEP. Señor Rio Ferdinand.
No sé cuánto le quedará a Florentino de niño caprichoso, de adulto caprichoso o de señor mayor caprichoso. Sí que éso determinará cómo será el verano, qué se marchará y qué se quedará en este nuevo ciclo que aún está por florecer para quedarse con el viñedo. Lo que de todo ello resulte, será el fin de su carrera musical. Son tan difíciles las ambiciones demasiado compartidas, diga lo que diga la estadística, que apostaría a que hará lo que le salga de los cojones, ya muy colgantes. Cojones que no pueden ser globos, porque son empacho de gloria, triunfo y vidas cinceladas ante un espejo. Y el espejo de Florentino es Bernabéu.
En definitiva, el Real Madrid está en manos de las matemáticas, la estadística, el azar y Florentino. Las jerarquías y la esencia. Los cojones colgantes. Florentino estirará el chicle un año más, pero traerá tres fichajes. Uno de campanillas y dos ya contrastados. 350 millones.
Nada, que no termino de quitarme al niño caprichoso de encima…
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El curioso
Anoche pasó lo que podía pasar: un club con una plantilla formada a base de invertir miles de millones, que juega en la liga más competitiva del mundo y que ha apostado por un entrenador y su equipo durante 6 años consecutivos, ha logrado alcanzar su segunda final de Champions.
Podía haber sucedido perfectamente el año pasado pero la guerra de guerrillas del Madrid tumbó al todopoderoso ejército napoleónico del City. No vieron venir nuestras escaramuzas, los degollamos y nos quedamos con el botín.
Todavía les queda un paso porque ganar la Champions no es fácil ni siquiera siendo el mejor equipo.
Al Madrid hay que reconocerle la gallardía y la inteligencia de seguir dando batalla en inferioridad económica desde hace casi una década. Vivimos en un país de segunda división -al menos económicamente hablando- y no contamos con estados que inyectan fondos ingentes. Pese a todo ello el club ha ido buscando alternativas y los resultados vistos con perspectiva son mejores de lo que se podía esperar.
Dejar de ganar aquellas Champions en las que teníamos a Ronaldo el Fuerte, Figo, Raúl, Zidane y compañía era un dolor. Ganar la del año pasado fue un milagro, del que este curso no hemos estado tan lejos.
No os hagáis muchas pajas con el entrenador, ese no es el problema ni va a ser la solución a nada. El City de estos 6 años con ese nivel de inversión y de paciencia hubiera conquistado Premiers y Champions entrenado por [BEP], por Wenger o por Pellegrini.
El Madrid ha cerrado una temporada razonable con una mancha en la Liga, de la que no es 100% responsable, también hay que apuntarlo. Empezaba el curso con un 9 Balón de Oro que venía de su mejor temporada y que por edad podía declinar algo en rendimiento aunque nadie podía suponer que tanto. Sería muy bonito tener -por ejemplo- a Julián Álvarez de reserva como lo tenía el City para Haaland pero no tenemos dinero para hacer eso con todos los puestos decisivos.
Tenemos unos cuantos jugadores que deberán ser la estructura del Madrid durante los próximos años: Courtois, Militao, Camavinga, Tchouameni, Vinicius, Valverde y Rodrygo. Unos complementos a los que les queda algo de recorrido como Alaba o Rudiger y algunos veteranos que pueden echar una mano durante el curso como Kroos, Modric, Benzema y Nacho, de los que solo el alemán -bien acompañado- podría seguir siendo protagonista.
Hay que ir renovando en la medida de nuestras posibilidades económicas y poner más foco en la Liga de lo que se ha hecho este año, aunque aquí contemos con el hándicap del sistema entero -Arbitros, VAR, Federación y Prensa- trabajando en nuestra contra. Sustituir a Benzema es lo más complicado porque no abundan los 9 top en el mercado y nuestros recursos no son los del PSG, City, United ni Chelsea.
Y pelear por estar en la pomada de la Champions, recordando lo que solemos olvidar siempre: que es jodidamente difícil de ganar y todavía más el hacerlo con frecuencia. No hay que demoler el estadio cada año que no se gana sino aprender, mejorar y ser realistas.
Nota al margen: el antimadridismo en pleno exaltará la mítica victoria de [BEP] el humilde y señalará todos nuestros males recomendando tirar el estadio, cambiar por completo la plantilla, quemar vivos al entrenador y la directiva en un auto de fe y algunas cosas más. La realidad es que estos 2 últimos años con todo este tinglado hemos ganado: – 1 Champions – 1 Liga – 1 Copa del Rey – 1 Supercopa de Europa – 1 Supercopa de España – 1 Mundial de Clubes Además lo hemos hecho renovando paulatinamente la plantilla, manteniendo la estabilidad presupuestaria y renovando completamente el estadio. Afortunadamente los que dirigen el club -por ahora- no son presa fácil del antimadridismo ni del todomalismo.
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– BEPcester Shitty: 4
– Real Viejid: 0