El odio me motiva


¿Sólo compañeros?

La caída en la Champions fue un palo duro. Tras ver destrozadas nuestras ilusiones, el mundo me parecía un lugar más gris y feo; las marujas peliteñidas más gordas e insoportables, las veinteañeras más vulgares e incultas y las calles más llenas de gentuza, en general. Y sin embargo, desde hacía tiempo la hipotética victoria en la Copa de Europa me preocupaba por su daño colateral: ver al repugnante cacique del dorsal 7 disfrutar de la máxima gloria, incluso atribuyéndose una parte significativa del éxito, y tener la ocasión de marcharse del Madrid en lo más alto (¡o ganar crédito para quedarse unos años más!). Y la verdad es que habría sido injusto, muy injusto, que este horror ético y estético que es Baúl, el Tábano, el Querido Líder, etc., se hubiera ido de rositas tras siete temporadas -se dice pronto- en las que nos ha hecho comer mierda a cucharadas soperas. Siete temporadas de carreras agónicas, de mangoneo, de populismo, de tirar para abajo de la masa social, apelando a lo más burro, grasiento y supersticioso de la misma. Sí, amigos, tras la eliminación tengo un nuevo e ilusionante objetivo: ver a este tipo caer en medio del mayor desprestigio e ignominia. A él y por supuesto también al otro, al maricón.

Florentino se encuentra ahora con la libertad del que ha perdido todo: durante todo el año se actuó con tremenda prudencia, se intentó no herir sensibilidades, ir pasito a pasito, contemporizando, y sin embargo todo terminó horriblemente mal. No aprendió la lección que nos da la historia de que el mal debe ser siempre cercenado, cortado de raíz, no apaciguado. Pero eso mismo le permite entonar el proverbial «¡a la mierda!» y tirar por la calle de enmedio. Dicho de otra forma, darle un gusto al cuerpo, y lo que pide clamorosamente el cuerpo madridista es mandar a estos tiparracos a la mierda de la forma menos ceremoniosa posible. No hay entendimiento posible: si los dos estuvieran dispuestos a salir con dignidad se podría hacer un paripé, ensalzar sus virtudes y su enorme madridismo, firmarles una modesta compensación -¡o ninguna!- y salir todos sonriendo en la foto. Pero no, ellos saben que hace mucho frío ahí fuera, que aquí son los amos pero en un club normal se les valorará exclusivamente por sus méritos deportivos, y eso es lo último que quieren. Además, ambos tienen claro que quieren cobrar hasta el último céntimo de euro. «Madridismo» significa exprimir al Madrid lo máximo posible, que para eso «lo han dado todo».

Por eso, la salida será fea: cruce de declaraciones, caras  largas, reproches… Lo de Del Bosque será un acuerdo amistoso al lado de esto. Pero al final, si en el club tienen lo que hay que tener, las dos rémoras saldrán, por la puerta de atrás, largando de todo el mundo y llevándose su cochino dinero. Si yo fuera Florentino, cambiaría toda la pasta que se les debe en miles de monedas de plata y las arrojaría al césped del Bernabéu, para que ellos las recogieran ávidamente. Habrá revuelo en la prensa, sin duda, pero durará una semana como máximo, y luego volverán a sus obsesiones de siempre: los fichajitos, el triunfalismo, la desestabilización… Ya llegados a su nuevo destino, los tiparracos sabrán lo que es vivir sin privilegios, jugando poco, sin las portadas que tan ridículamente les reglaron durante años y recibiendo el apoyo justo de la grada. Mirando por fin de frente a la fea realidad, se retirarán uno o dos años después, casi en el anonimato. Que después se sepa la verdad sobre sus pestilentes carreras dependerá de muchas cosas: hay mentiras históricas que perduran simplemente porque suficientes personas están de acuerdo con ellas. Al director de Marca que esté entonces puede darle por sacar un coleccionable tanto con las vergüenzas del Capitán como con sus fazañas imperecederas y sus récords. La verdad no suele salir sola a la luz, muchas veces hay que tirar de ella con un enorme esfuerzo.

El precio económico de dar este paso será de 13 millones de euros (gracias, señor Calderón), pero serán sin género de dudas una excelente inversión. Porque el problema de este equipo en los últimos años no ha sido lo que le faltaba (siempre hubo buenas plantillas, incluso muy buenas), sino lo que le sobraba, tanto futbolística como humanamente. La defenestración total del Carvajalismo, que llevamos sufriendo durante 15 años, supondrá la verdadera refundación del club, el nuevo comienzo que se buscó este año y que no se supo y no se quiso (por falta de cojones) acometer. Los ladrones no tendrán más remedio que dedicarse a otra cosa -como bien refleja nuestro amigo Quim Pons en su montaje-, yo me llevaré una enorme satisfacción y podré a ver el fútbol con un placer casi olvidado. Y cuando echen a Valdano al año siguiente, ya será la repanocha.


Montaje de Quim Pons (pinchar para ampliar).

No nos dejemos atletizar

Por Geodotto Doppo

El día después de la eliminación en LdC, por casualidad oí una estadística en la radio, no me acuerdo muy bien de los datos, pero el periodista hacía un recuento de los jugadores, entrenadores, directores deportivos y presidentes que han pasado por nuestro club en los últimos años. Es la única cosa sensata que le he oído decir a un periodista en mucho tiempo, seguramente porque se trata de un dato frío y no una opinión. El dato invitaba a una reflexión muy clara: en estos años no ha habido proyecto. Creo que en eso podemos estar todos de acuerdo. Los fracasos de estos últimos años han tenido un denominador común, cada año ha habido cambios profundos en el club: presidente, entrenadores, directivos, jugadores… Cada año lo mismo, la novedad, la ilusión, la esperanza, un nuevo proyecto… Se parece a la época de Gil en el Atlético, cuando cada año mandaba de un plumazo todo a la basura y se sacaba de la manga un nuevo proyecto con el que ilusionar al aficionado. Pero ¿por qué se da esta situación? ¿por qué se ha vuelto el club tan impulsivo?. La respuesta es clara, la afición.

Veo alrededor mío personas inteligentes y sensatas en todas las áreas de su vida, que se han vuelto auténticos esquizofrénicos cuando se trata de fútbol. Personas que son capaces de mantener la cabeza fría en las situaciones más dramáticas de la vida y que cuando suceden cosas como las del otro día (que, no nos engañemos, no tienen mucha importancia), entrarían en las oficinas del Bernabéu con unos kilos de explosivos atados a la panza. El aficionado madridista se está «atletizando», se está convirtiendo en un ser impaciente que se sube en una montaña rusa de sensaciones y que pasa de la euforia a la desesperación en menos de lo que un Ferrari pasa de 0 a 100.

La culpa de esta situación es clara: la prensa, o como dicen en estados unidos el MSM Mainstream Media. MSM es un término que se refiere a los medios de comunicación masivos que con sus propios intereses distorsionan la realidad para presentar un reflejo que les viene bien. La prensa escrita (y la no escrita también) está en crisis, la gente joven lee más los blogs y foros que los periódicos, y pasa más tiempo en facebook que delante de la tele. Ante esta situación se está recurriendo al más bajo amarrillismo, mintiendo, exagerando, desinformando, ocultando hechos,… todo con tal de vender periódicos. El problema es que todavía hay mucha gente para la que su único médio de información (?) es el MSM, gente que consume esta información y se convierten en zombis histéricos. Me recuerdan a un «experimento» que se hizo para ver cuántas personas firmaban una https://youtu.be/yi3erdgVVTw. El aficionado madridista se está haciendo impulsivo e irreflexivo, gracias a la acción de la prensa.

No estoy diciendo que los aficionados se estén volviendo estúpidos (bueno, algunos sí), porque no es una cuestión de estupidez o información, sino de sentimiento. Cualquiera, después de una decepción profunda, puede verse tentado a pensar que echar al entrenador o quitar al director deportivo va a solucionar las cosas, pero si se para a pensar verá que ya ha ocurrido muchas veces recientemente y que no hay ningún indicio que nos lleve a pensar que esta vez va a ser distinta. Pero la prensa sabe eso, y por lo tanto, juega con ello, intenta evitar el raciocinio a toda costa, intenta apelar los sentimientos más primarios, intenta ponernos en un estado de histeria, todo ello dirigido a la venta de un panfleto. Y de esta manera, nos encontramos con la paradoja de tener a un señor con 3 carreras y un máster dejándose guiar por lo que escribe Bobby Gómez, Inda o Roncero, tipos altamente sospechosos de no haber terminado la primaria y con las luces justas como para echar el día y nada más. El Madrid, a día de hoy, es una máquina devoradora de entrenadores, jugadores, directivos y presidentes, todo ello gracias a la prensa, porque ésta vende, y al vender extiende lentamente el virus del piperismo. Una vez contagiado, poco se puede hacer.

Sé que estoy predicando a conversos, pero nuestra tarea no está aquí en este blog, nuestra tarea está fuera y consiste en evangelizar la cordura en la afición madridista, en intentar hacer reflexionar a nuestros correligionarios, que se paren y piensen, que no se dejen llevar sentimientos azuzados por personajillos interesados. No dejemos que la prensa nos atletice.

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Soy un Sócrates que se toma la cicuta

Amigos:

Sé que son momentos duros, que estáis jodidos y que no veis más que ruido y basura por todas partes, pero los madridistas siempre tendréis un refugio mientras exista Fans del Real Madrid. Espero que eso os sirva de consuelo. El Madrid palmó, como es público y notorio, y el sueño de la Champions en el Bernabéu saltó hecho añicos. Busquemos sin más dilación las responsabilidades dentro de los distintos estamentos del club, empezando por la figura más cercana al césped, el entrenador: Asegura Pellegrini que no lee el Marca, y quizá sea verdad, pero mira de reojo el que lee su ayudante, y al final el efecto es el mismo; me niego a pensar que el entrenador no ha actuado en varios momentos de la temporada mediatizado por lo que decían los panfletos. Además, estoy convencido de que no existe eso que llaman «entrenadores de perfil bajo». Los hay más y menos bocazas, más y menos tímidos, pero cuando llegan a Primera todos, incluso el más gris e insulso, quiere dejar algo de su «toque» personal en el equipo. Y en este caso Pellegrini decidió que su «toque» fuera Esteban Granero. No había ninguna necesidad de sacar al chaval de inicio, todo el mundo asumía que está verde y además Van der Vaart agrada tanto o más que el canterano; pero Pelle lo puso igualmente, cuando era obvio que no estaba preparado para esta empresa, la más importante del madridismo en los últimos años.

Así que teníamos un centro del campo con jugador impuesto por la prensa (Amapolo), otro que era un caprichito del ingeniero gris, empeñado en demostrar que él también rocanrolea, y el tercero, Lass, que está en una notable cuesta abajo. Demasiada desventaja. Los problemas de Diarrá y Van der Vaart son exclusivamente mediáticos: el de Mali es directamente un apestado de la prensa, y el holandés un marginal: nunca ha podido hacerse con una portada, pese a haber sido varias veces el mejor. En cuanto al juego en sí, no me extenderé mucho: comienzo esperanzador, fallos en la definición, ajustes técnicos del entrenador rival en el descanso e impotencia durante toda la segunda parte. Empate, cambio político, desesperación y a casa. Los que piensen que la eliminatoria se perdió por el fallo de Higuaín se equivocan: se perdió por docenas de errores y pequeños detalles repartidos en los dos partidos, tanto de los jugadores como del entrenador. ¿Que faltó suerte? Es posible, pero esto es la Champions. Lo cierto es que en 180 minutos sólo fuimos capaces de marcar un gol, y no conseguimos imponernos claramente en ninguno de los dos choques. Tras el partido, Pellegrini ofrecía su visión sobre la eliminación: «BLABLABLA BLABLABLA, BLABLA BLABLABLA, BLABLABLA, BLABLABLA. Quiero añadir que  BLABLABLA BLABLABLA, BLABLA BLABLABLA, BLABLABLA y BLABLABLA. Concluyo añadiendo que BLABLABLA, BLABLABLA y BLABLABLA.» Explicaciones muy convincentes, sin duda.

Pelle ha fracasado en la misión que se le encomendó, eso es innegable. Tardó una vida en darse cuenta de que Puti y Baúl estaban acabadísimos, luego los sentó pero siguió haciendo política, ha variado demasiado de sistema, lee horrorosamente los partidos… y como pecado final, ha vuelto a entregarle la confianza a Puti en el peor momento, el partido decisivo de la Champions, además de regalarle 15 minutos a un cadáver que nos dio la puntilla. Otra eliminación, otra vez con los dos bastardos en el campo, los dos «símbolos»; el eterno ciclo de la nausea y la mentira. Pellegrini, el muy gris Pellegrini, ha caído por su mediocridad y cobardía, como tantos otros antes que él. Y sin embargo, hay que tener muy claro que debe seguir. Porque es la única forma de rescatar al club del caos. Porque se hizo una apuesta a dos años, y dos años debe estar. Porque se debilitó la plantilla dramáticamente, y no fue responsabilidad suya. En la antigua Grecia, Sócrates fue condenado a muerte injustamente y se le ofreció la oportunidad de escapar. Sin embargo, su respeto por la ley era lo más sagrado, y el filósofo prefirió consumir una copa de mortal cicuta. Yo también llevo la coherencia hasta el último extremo, y digo que el triste del chileno tiene que seguir sí o sí. Decían que el proyecto no dependería de un resultado, y ahora es el momento de demostrarlo.


Valdagrini el bicéfalo.

Porque además la verdadera cabeza de la parte deportiva no es él sino el otro, el trilero. Cuestionado al final del partido, este ilustre personaje dio su explicación del desastre: «BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA. También hay que tener en cuenta que BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, y BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA». Unas palabras que mitigaron mucho el dolor del madridismo, sin duda. Lo reitero, Valdano es el ventrílocuo de Pellegrini, y echar la culpa al ingeniero es como quejarse a Monchito, el muñeco de José Luis Moreno, de que sus chistes son malos. Si ayer el único «recurso» para remontar la eliminatoria que había en el banquillo era un despojo patético con el dorsal 7 fue por su culpa; si nuestros descartados son hombres clave en equipos que sí están en cuartos es por su culpa; si se ha postergado (¡¡una vez más!!) la radical y definitiva limpia del vestuario es por culpa. Y si el entrenador es un funcionario con pinta de sastre al que le preocupa tanto no molestar como ganar, es también por su culpa.

Debido a esto, no puede irse Pellegrini sin largarse Valdano, pues ambos son la misma criatura, Valdagrini, y deben compartir destino. ¡¡Basta ya de escudarse en el eslabón más débil!! Esto, claro, es un mensaje también para Florentino, quien tiene su propia cuota de fracaso. No quiero ser muy duro con él, que al fin y al cabo ha realizado su mejor esfuerzo por reflotar a un club herido de muerte, pero no es hombre de fútbol ni nunca lo será. Sus dos apuestas por Valdano han sido un rotundo fracaso, y el argentino tiene que salir al final de la temporada que viene (no de esta), para dar paso a alguien cuyas capacidades sean mayores que parlotear obviedades y encandilar a periodistas retrasados. Valdano, Butragueño, Pardeza… ¿soy el único que ve un déficit de talento y un exceso de pelotillerismo y complacencia? ¡¡Cuánta sangre de horchata, por Dios!!

¿Y ahora qué? Ahora a joderse y resistir, como hombres (también mujeres) y como madridistas. La prensa se ha quedado sin su juguete favorito y van a ser tres meses absolutamente infumables mediáticamente hasta el Mundial, quizá los peores de la historia del club. El bombardeo llegará tanto desde la prensa enemiga como desde la supuestamente «amiga»: artículos incendiarios, peticiones de ceses, de dimisiones, y sobre todo fichajes. Docenas, cientos de fichajes, los que hagan falta. A Bobby Gómez le van a sangrar los dedos de inventarse tanta mierda; Inda va a reventarse las cuerdas vocales de tanto berrear pidiendo la cabeza del técnico; Lama va a demostrar con papeles que Floren es el anticristo. Todos van a trabajar incansablemente con el mismo objetivo de cubrir al club en un oceano de porquería. ¿Mi consejo? Aislamiento total. Asomarse a esos periódicos, a esas webs, va a ser tan agradable como comerse un bocadillo de mierda, y lo mejor es evitar la experiencia a toda costa. Refugiaos aquí y discutid tranquilamente en esta reserva no-pipera, o incluso pasad del club y descansad hasta el año que viene, pero no tiene sentido hacerse mala sangre. Por supuesto, recibiremos una invasión absolutamente brutal de trolls, hijos sin padre, antiespañoles y basura humana en general. No os preocupéis, aguantaremos con gallardía, que para eso somos madridistas, y siempre, siempre volvemos. A los trolls les digo que en este blog hay libertad, pero si sobrepasan los límites tolerables no vacilaré en usar el botón de bloqueo, y después de eso no hay vuelta atrás. Tendrán que irse a vacilar a su puta madre cuando vuelva de hacer la esquina. La Liga la ganaremos, por supuesto, aunque nos importe una mierda, porque es nuestra obligación y porque no caiga en manos de gentuza. Por lo demás, el club necesitará planificación, cojones y cabeza. Las tres cosas que han faltado este año. Florentino, tienes la enésima oportunidad de hacer las cosas bien. Aprovéchala, aunque el precio de la lección haya sido dolorosísimo.

En fin, el 11-M casi nunca es un buen día para los españoles. Con alguna excepción, claro.

– Real Madrid: 1 (Cristiano Ronaldo)
– Olympique de Lyon: 1 (Pjianic)

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El partido

Y llegó el día. Todo lo que Florentino ha puesto en marcha desde que comenzó su segundo mandato desemboca hoy a las nueve menos cuarto en el Santiago Bernabéu: la ilusión, los 850 millones de euros en fichajes (según la prensa catalana), el entrenador y su nuevo estilo, la defenestración de los cánceres… La Liga es importante y la Copa se valoraba, pero la meta y objetivo fundamental es el título de Campeones de Europa, y para alcanzarlo es necesario superar la gran barrera del último lustro: los octavos de final. Desde el partido de ida hemos discutido aquí hasta la saciedad la mayor o menor posibilidad de conseguirlo, en un afán de ejercer de pitonisos quizá fútil, pero que como futboleros no podemos evitar. Están desde los de la cuadrilla del pito a los que ven al Olympique como poco menos que una reencarnación del Milan de Sacchi pero menos goleador, más rocoso y con negros. Ojalá pudiera dar una opinión informada, pero soy un cazurro futbolístico, eso es así: desde que la pelota deja nuestra línea defensiva, todo lo que ocurre en el partido es para mí un guirigay sin demasiado sentido, en el que sólo acierto a percibir quién «domina» el partido. Cuando el balón llega a nuestra zona de ataque se me vuelve a encender la lucecita y vuelvo a entender lo que pasa. Como el 80% de los aficionados, vaya, que además casi nunca se ponen de acuerdo. Así, básico como soy, nunca podré escribir una entrada tipo Ecos, Perarnau y demás, por lo que una vez más escribiré un puñado de impresiones forofas con cierta base en la realidad.

El equipo está bien, pero con un pecado fundamental: no haber apostado desde hace meses por un sistema y un once. Si alguien nos pide que le recitemos el once del Madrid podremos darle 14 o 15 nombres, pero no poner la mano en el fuego por quienes serán titulares. Tales han sido los designios del ingeniero shileno, que nos ha dado tanto alegrías sin cuento como cabreos bien justificados. Ahora mismo su mayor disyuntiva es a quién poner en el centro del campo: el cuerpo le pide colocar a los dos negros (con perdón), pero la presión que llega desde la prensa está siendo… ¿qué palabra usar? ¿Brutal? No, ciertamente se quedaría demasiado corta. El tipo ha asegurado por activa y por pasiva que pasa de los panfletos, pero todo el mundo tiene su límite de resistencia. También es posible que disponga de un mecanismo mental que le permite tomar como propias decisiones que en realidad son inducidas (baulismo). En fin, los dos https://youtu.be/uQ1a22GwfSY de Madrid adelantan el mismo centro del campo: Lass, Granjero y Puti. Un tío blandito, blandito, pero aún confío en que Pelle ponga algo mucho más sólidoles y les haga un «zas, en toda la boca», como dicen los chavalines de ahora. Dios sabe que se lo merecen. Yo metería a un negro cualquiera y a Van der Vaart mínimo; el otro casi me da igual, aunque Guti me revuelve las tripas. Es que no puedo evitarlo, soy una persona normal.

Debo decir que odio mucho los llamados «minutos de tanteo», que suelen implicar tocarse los cojones entre 15 y 20 minutos. Eso minutos para mí significan que el equipo no está bien física o mentalmente, y son una perversión del fútbol. Se puede ir a por todas desde el minuto uno sin por ello perder la posición ni la concentración defensiva. En otras palabras, tenemos que ser como un mulato en una playa de guiris cuarentonas: percutir, percutir y percutir. Creo que con un once racional y con buena actitud se pasa, y se pasa fácil. Hombres clave: Igualín, Cristiano y Van der Vaart si juega. Imagino que si Higuaín mete uno o dos chicharros tapará todas las bocas que le faltan por tapar (aunque siempre hay irreductibles), y Cristiano será el líder sin género de dudas (¡¡y pensar que algunos veían a Casillas en ese papel!!). De Kaká dicen que se le espera en partidos como este, pero yo no voy a contener la respiración. Al mejorporterolmundo simplemente le pido que no la cague, fijaos con qué poco me conformo. Y de los demás espero cojones, seriedad y madridismo. Nada de espíritu de Juanito, al que Macarra no se cansa de resobar. Que dejen al difunto en paz de una puta vez, que se creen que le rinden homenaje y en realidad le faltan profundamente al respeto. Manda huevos que haya que invocar a Juanito ya sea para remontar en Champions o en una simple eliminatoria de Copa. Y no lo mentaron contra el Alcorcón porque les daba vergüenza (¡la poca que les queda!).

Poco más puedo añadir. Es un día para olvidar todos los lastres, preocupaciones y penas que uno pueda arrastrar e ilusionarse con el Madrid, que es ese rincón lúdico y conectado con la infancia que todo humano guarda en su cabeza. Las ilusiones de millones de personas estarán concentradas en ese estadio y en esos once jugadores, que serán unos catetos y unos bandarras, pero que nos magnetizan gracias al poder del fútbol. Puede que no amemos a los jugadores (excepto https://youtu.be/OCYZ2IdqtdE), pero sí al juego. Y bueno, ya sé que el Lyon también tendrá sus seguidores y tal (¿los tiene?), pero que se fastidien (jodan). El Madrid es muy importante para el fútbol, y por todo lo que es bueno y justo (y por nuestras pelotas, todo sea dicho) tiene que pasar la eliminatoria. Vedlo en casa, en un bar, oídlo por la radio o encerraos en el baño, pero mandad todas vuestas energías y ánimos al equipo. Porque es una noche mágica y excepcional, y entre todos vamos a dar un nuevo y decisivo paso hacia el gran sueño.

Se acabó la espera, la gloria nos aguarda. ¡¡Viva el fútbol!!

***

P.D. Os agradecería que dejárais de romper las pelotas copiando la lista de la porra, a estas alturas ya nadie la lee. Gracias, majos.

Las putas entradas

Hoy empieza la venta de entradas para la final de la Champions en la web de la corruptísima y costrosa UEFA (unión especuladora, etc., ¡modo Butano activado!). Aunque eso de la «venta» es un decir, en realidad empieza el plazo de un mes para inscribirse en una lista, transcurrido el cual se celebrará un sorteo para escoger a los agraciados. Si estás entre los escogidos y aún quedan entradas de las 90 euros podrás ir al partido por un precio medio razonable; si sólo quedan de las de 300 quizá te tengas que joder y no ir, porque ya se sabe que la GÜEFA quiere acercar el fútbol al público y bla bla bla. Mirad, yo creo que esta oscura federación debería ser disuelta mañana mismo y sus dirigentes ejecutados. Sé que es una cafrada digna del mejor Lenin, pero os lo explico:

De los muchos mangoneos que se trae esta gente entre manos, el de las entradas de la Champions quizá sea el más sangrante y criminal, ya que la puta UEFA dispone de los aforos como les sale de los cojones, y se dedica a mercadear y comprar favores con las entradas. Veamos el ejemplo de este año: Estadio Santiago Bernabéu, aforo de 88.500 localidades, todas ellas sentadas. ¿Pero con qué aforo trabaja la UEFA? 75.000 localidades. ¿Por qué? No lo sé, igual esgrimen motivos de seguridad, ¿pero la seguridad que sirve para la Liga no vale para la Champions? Yo tengo muy claro que en la final el estadio estará lleno hasta la bandera, y que las 13.000 entradas «desaparecidas» irán a parar a la buchaca de la UEFA.

Más: ¿Sabéis cuántas localidades se asignan a cada club finalista? 21.000. ¿Y sabéis cuántas se reservan la UEFA para sus «compromisos institucionales»? ¿3000? ¿5000? No, amigos, ¡¡20.000 localidades, casi un estadio completo!! Estas entradas para colmo serán repartidas discrecionalmente por los altos gerifaltes de la UEFA entre sus amiguetes, que no tendrán que pagar un duro por ellas. Y dentro de los amiguetes incluyo a los patrocinadores, por supuesto: a mí me parece cojonudo que Sony, por ejemplo, patrocine la Champions, pero eso no le da puto derecho a llevarse miles de entradas. Las entradas son para los aficionados, y si al espónsor de turno no le gusta que se vaya con la música a otra parte. Imaginaos: un señor que sea socio del Real Madrid desde hace 40 años, pagando religiosamente su cuota y su abono, poniendo toda su pasión en el club, puede perfectamente quedarse sin su entrada (y si la consigue quizá tenga que pagar 200 euros), mientras que un puto Borjamari de la vida puede llevarse dos o tres gratis total porque su papaíto es ejecutivo de marketing de la Sony o de Jéinequen. Incluso es posible que al Borjamari en cuestión el fútbol le importe tres pitos o que no sea madridista, pero que vaya a la final con sus amiguetes porque «es algo que mola». Y así hasta 20.000 Borjamaris (más los 10.000 de las entradas desaparecidas), amigos. Increíble. Acojonante. Intolerable. Estos son los que cuidan por «la limpieza y la transparencia del fútbol».

30 años han pasado de última final de la Copa de Europa en el Bernabéu. Adolfo Suárez era el presidente y aún nabíamos padecido el sociatismo. Todo ha cambiado mucho, a Suárez le han hecho un format: C en el cerebro y el Notthingham Forest sueña con volver a la Premier. Nos hallamos en suma ente un acontecimiento único, pero no contéis siquiera que con que las 21.000 entradas que se asignen al Madrid vayan a parar a sus socios. Porque los clubes también tienen sus «compromisos», vaya si los tienen: en otras palabras -y dejando aparte a los patrocinadores- parece que si cada directivo y jugador no tiene a su libre disposición un fajo de al menos 50 entradas, se siente irremediablemebte agraviado (porque ya se sabe, eso de meterse a directivo de fútbol no tiene nada que ver con el ego ni con figurar). Creedme cuando digo que habrá mucha suerte si llegamos a las 17.000 entradas disponibles (¡para 80.000 socios!).

Y hay un último y acojonante detalle: resulta que en este reparto las localidades ni siquiera están repartifas de forma uniforme y aleatoria, sino que las que tienen mejor visibilidad, en los laterales del estadio, van al lote «discrecional» de la UEFA, mientras que el grueso de las entradas para los socios de los equipos fianalistas… ¡¡son para asientos en los fondos!! Es decir, el Borjamari o la guarra que lo cagó -y que no ha ido al fútbol en su vida- se sientan en los mejores asuntos de tribuna, y el socio con antigüedad de 30 años de Madrid va al fondo del 2º anfiteatro, en su puto propio estadio (¡¡y todavía dando las gracias por conseguir una entrada!!). «We care about football», dicen. Sí, ¡¡para seguir llevándonoslo crudo, no te jode!!

Ante tanto mamoneo, yo veo clarísima la solución: fusilar al amanecer a Platini, Villar y toda esa gentuza, convertir la sede de la UEFA en un prostíbulo de lujo (tampoco habría mucha diferencia) y hacer el siguiente reparto de entradas: 50.000 para el Real Madrid, 30.000 para el rival y 8.500 para el público general. De las 50.000 del Madrid, 30.000 se ofrecerían automáticamente a los socios de mayor antigüedad, y las demás se sortearían entre el resto de socios. Los precios oscilarían entre los 30 y los 90 euros. Cada jugador y directivo recibiría cinco entradas, y aún dando gracias por no tener que pagarlas. Los jugadores están sobradamente bien pagados, y los asientos del estadio pertenecen genuínamente a los aficionados, no son uotro lujo inherente a su priviilegiada condición. En cuanto a los clubes, aún no comprenden que el poder está en sus manos, y que una campaña de presión mínimamente oganizada reduciría a pulpa a estos insectos que se dedican a vivir del fútbol y a acumular tejido adiposo. ¡¡Florentino, haz algo!!!