¡Qué día más completito! A las ocho de la tarde se producía el esperado duelo entre Dumb & Dumber, en el que la única posibilidad de pinchazo del Barça provenía del esperpento que se produce cuando estos dos personajes se juntan. Hasta en la central del papel higiénico hicieron chistes con el tema. Y efectivamente, los astros (y san Puchol) se alinearon y los culés salieron escaldados de Almería. El Madrid sólo tenía que ganar en su casa para recoger el premio del liderato, en un partido que ahora ya tenía todos los alicientes posibles. El Sevilla empezó fuerte, apretando, que era su única posibilidad de hacernos daño. Así llegó el tempranero gol, fruto de su buen trabajo pero también de nuestro desacierto. De hecho, fue gol en propia puerta de Xabi, si bien es verdad que llegaba muy forzado marcando a Negredo.
Era un tanto perfectamente remontable, pero el Madrid se lo tomó con demasiada calma, desperdiciando buena parte del primer tiempo. En España se habla todas las putas semanas de arbitraje, y ésta no será la excepción. El enfermo de Jesús Alvarado se queja amargamente de Iturralde, sin ir más lejos, e incluso habla de robo (ese victimismo que nunca le falte ar mehó equipo der mundo). Yo lo que veo es que nada más empezar nos hacen dos entradas fortísimas al borde del área, una a Kaká que ni siquiera pitan y otra clavándole los tacos a Higuaín en el muslo, en la que no enseña amarilla. Poco después le sacan una amarilla como mínimo estricta a Arbeloa. Pero conocéis mi postura, decir que los árbitros «roban» me parece pueril, lo cual no quita para que Iturralde sea bastante malo y tonto.
Marcelo jugó finalmente de interior, con un peinado de trencitas que pedía la rescisión inmediata de su contrato. El Fernando Torres está orgulloso de ser un paleto que dice «Pesi», y otros como nuestro 12 se gastan ínfulas de gansta… joder, ¿de verdad sólo les llegan las neuronas para pegarle a la pelotita? Pero bueno, pese a tener a Arbeloa ahí la verdad es que no logramos taponar muy bien la banda; por suerte no hubo que lamentar daños graves. El gitano (nuestro gitano, quiero decir) se mostró muy bien, muy enérgico y pleno de confianza, y fue quien generó más peligro en la primera parte. Su amigüito Kaká estuvo una vez más desdibujado, y sinceramente no acabo de creerme que juegue sin problemas físicos. Tuvo un remate en la segunda parte con bastante ángulo que fue digno de un septuagenario, directo al muñeco. El muñeco era en este caso Palop, que entre intervenciones acertadas y disparos flojos del Madrid se marcó un partidito de esos que se recuerdan.
Terminaba la primera parte con un Madrid que, pese a llegar, transmitía una cierta abulia. Aunque la cosa estaba durilla, tampoco era una situación de extrema gravedad, quedaba todo un tiempo. Y así era hasta la apoteósica jugada del segundo gol, uno de los más tontos de los últimos años. Algunos dirán que fue culpa de Xabi, otros que del portero… yo lo tengo clarísimo, Xabi está torpe pero es un cantadón de Casillas, que arranca la jugada en el centro de la portería y no se da cuenta de que el balón va a gol hasta que lo tiene a tres metros. Feo detalle el de abroncar luego a su compañero, cuando su propio fallo es inexcusable; pero me hago cargo de que vivir en una nube debe afectar al juicio.
Con el segundo sí que estaba jodida la cosa, aunque el Madrid estaba atacando a lo bestia y se veía que podía llegar su gol de un momento a otro. La putada era que hacían falta tres. Pelle fue capaz por una vez de cambiar el partido con sus cambios: salieron Arbeloa y Lass y entraron Puti y Van der Vaart, dándole otro ritmo al equipo. Aunque hiciera un buen partido y tal, yo con Puti no puedo reconciliarme, es una cosa de «feeling» como la del Pek. Por ello doy gracias a Dios porque no entrara el pepinazo que tiró desde fuera del área. Para mí, cada vez que sale son minutos que no juegan Granero o Drenthe.
Higuaín hizo un partido sorprendente, fabricándose muchas jugadas y creando un enorme peligro. Está mejorando su técnica a pasos agigantados (vease el balón que habilita con el exterior para lanzar un trallazo al palo). Falló varias ocasiones por poquísismo, pero no deja de crecer y eso es una gran noticia para el madridismo. Como el cántaro fue mucho a la fuente, Cristiano acabó marcando (lo había merecido sobradamente) y nos acercó en el marcador, pero la cosa seguía estando complicada. Para mí el gol más importante fue el segundo, el que desbloqueó al equipo y le convenció de que la hazaña no sólo era posible, sino que incluso podía ser fácil. Me gustó que marcáramos un gol de corner y también la celebración de Ramos, guarrona y surrealista, a saber qué significará. El cuatro hizo un buen partido, con mucho brío, pero sus centros siguen siendo bastante deficientes, lo cual es motivo de preocupación.
El empate cambió todo, una vez más. ¿Qué mecanismo se enciende en el Madrid cuando cree en él mismo, que se convierte en un auténtico ciclón que no puede parar ningún equipo del mundo? Sin duda el fútbol es psicología en un grado muy alto, porque si fuera sólo técnica, estrategia y físico estas cosas no pasarían. ¿Os imagináis que fuéramos capaces de activar este «modo Berserker» desde el principio de los partidos? Lo cierto es que fueron 20 minutos arrolladores, pletóricos, en los que pudimos meter dos, tres goles o los que hicieran falta, con la salvedad de que la pelotita no quiso entrar. Pelle sacó a Kaká, que está mal, por Baúl, que no está. Tras realizar un papel digno la semana pasada, el Mito se marcó un partidito terrorífico, mostrando la inoperancia más absoluta. Cuando en el minuto 89 bloqueó el remate a puerta vacía de Cristiano que nos daba la victoria creo que se generó la mayor cantidad de asco que ha inspirado jamás un futbolista en su propia hinchada. Por favor, la cosa tuvo final feliz, pero este esperpento tiene que acabar YA. Pelle jamás reconocerá su cobardía, pero me conformo con que esta noche, antes de acostarse, haya sabido íntimamente que es un ca-ga-do. Esa será su penitencia.
Peazo de anuncio de Adidas.
Y bueno, al final el apoteosis de la mano de Rafael, fenomenal futbolista que se ha ganado un sitio en el equipo hace tiempo. El nuevo Solari lo han llamado acertadamente en los comentarios, pero espero que acabe teniendo más protagonismo que el buen argentino. Los hijos de puta del Marca ya le han robado su segunda portada, pero aquí lo reivindicaremos siempre, porque tendremos nuestras cosas, pero somos madridistas fetén. Según estadísticas oficiales, el partido fue tan emocionante que el consumo de pipas descendió dramáticamente en el Bernabéu, un 15%; parece que ya han llamado desde Grefusa a José Ángel Sánchez, preocupados por la situación. Maradona abandonó el estadio diciendo que no quería hablar con Valdano, lo que indica que se puede coincidir en ciertas cosas incluso con la gente más desagradable del mundo.
Y tras terminar todo, volvemos a nuestro lugar natural, lo más alto, el número uno. En los foros culés, sorprendentemente, muchos dan la Liga por perdida a falta de 14 jornadas, lo cual resulta tremendamente revelador de su psicología; curioso que algún extraviado se haya permitido el lujo de venir aquí llamarnos segundones. Afrontamos el partido contra el Lyon aún con algunas dudas, pero con la moral altísima. Después de esa eliminatoria la gran pregunta será cuál debe ser nuestra formación defensiva para la Champions. Pero mientras tanto disfrutamos la borrachera de la victoria y el liderato, ganado brillantemente por un equipo que cada día se hace más intimidador. Nosotros ya sabíamos que para el Madrid nada es imposible.
– Real Madrid: 3 (Gitano Ronaldo, Ramos y Van der Vaart)
– Sevilla: 2 (Xabi Alonso (p.p.) y Dragutinovic)
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