Todo cerdo tiene su San Martín

Uno puede ir por la vida sin respetar las reglas y haciendo lo que le da la gana, y pensar que no le va a pasar nada. Hasta que alguien le para los pies, claro. El Athletic de Bilbao, ese club tradicional, «simpático», en cuyo estadio no se guardan minutos de silencio por las víctimas del terrorismo, se clasificó el año pasado para la UEFA, pero parece que en esta institución no están dispuestos a hacer la vista gorda con sus «pecadillos»: Como informa As, a pesar de la vergonzante pasividad de nuestra Federación, los clubes rivales del Athletic tienen todo el derecho a impugnar los partidos en los que participe Gurpegui, por alineación indebida. Upssss, un pequeño inconveniente para los «leones».

Y es que los organismos internacionales no son tan laxos como los chicos de Villar. Por la misma noticia, conocemos que en los estatutos de la FIFA «hay un artículo que impide acudir a la justicia ordinaria para resolver este tipo de litigios, bajo amenaza de exclusión de cualquier actividad competitiva.» Ídem con la UEFA: «La normativa (…) es tajante sobre la posibilidad de que sus afiliados acudan a la justicia ordinaria, limitando esta actuación tan sólo a los casos relacionados con asuntos laborales o penales.»

El mismo diario nos ofrece un jugosísimo artículo explicando el rigor con el que se elaboró el supuesto «informe exculpatorio» de la Universidad de Extremadura: «las conclusiones de los doctores Maynar y Galán fueron descalificadas por el laboratorio de control y dopaje de Québec, al que acudió el club bilbaíno para encontrar respaldo a su teoría sobre la generación endógena de la nandrosterona. En una carta enviada por su directora, Cristiane Ayotte, al Consejo Superior de Deportes, ésta calificó el informe como contrario a las prácticas de trabajo y recordaba que los galenos españoles son coautores del peor artículo publicado sobre la detección de la nandrosterona en humanos, publicado en el Journal of Chormatography, que nos obligó a elevar una queja a los editores. Con una simple mirada se veía la baja calidad de los cromatogramas y la ausencia de criterios mínimos. No doy ningún crédito a los resultados obtenidos en sus análisis.»

Un informe fiabilísimo, como vemos (uno de cuyos autores curiosamente está siendo investigado por tráfico de dopantes). Pero la repanocha ya es lo siguiente: «Tras ser rechazada la prueba por Competición, el CSD aceptó realizar un test individual a Gurpegui, que al final no se hizo porque su club consideraba que, para que el resultado fuera fehaciente, era preciso suministrarle nandrosterona.» ¡O sea que para demostrar que su cuerpo produce la sustancia, primero hay que inyectársela! ¡Sublime!

La palabra que me viene a la cabeza en este asunto es «vergüenza», vergüenza para la FEF y vergüenza para el club. Pero la impunidad se acerca a su fin…

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