Rappol
Mizisú se leyó la calva por la mañana en el espejo y siguió con su plan de recuperación de jugadores defenestrados; casi un Proyecto Hombre que será estudiado en las academias de PRI que se abrirán en todo el mundo cuando los colegios tradicionales desaparezcan. Seguro de que los kebab y los belgas harían algo bueno por el Madrid, decidió alinear a Apendicisco y el Morciégalo para saltar al Bernabéu ya clasificado para el siguiente envite a Champions.
Y lo cierto es que hasta el minuto 80 el plan del marsellés salió bastante bien, con el Pajarito jugando a gran nivel mientras estuvo en el campo. Los miopes del fúmbol sólo ven correr al uruguayo. Nada dicen de su papel decisivo en el primer gol y en el peso específico que tiene para el juego en cualquier zona del campo por la que asome sus huevecillos charrúas. Menos mal que no se lo vendimos al Paleti. El Pajarito es como el Jeep Willys del Madrid, una gran ventaja táctica.
Apendicisco le puso muchas ganas el hombre. Fatigado como está de tanto inseminar jovenzuelas, tratando de reponerse del trocito de tripa perdido (seguro que lleva una venda por ahí dentro, como la lleva Benzema en la muñeca, como talismán, sin duda), aparecía y desaparecía por toda la zona de tres cuartos… Combinaba, caracoleaba, se mesaba la barbita, sonreía con ese rictus, casi zoquete a veces, al que obliga la chulería mamada desde los partidos de recreo en ese colegio que desaparecerá para dejar lugar a una academia de PRI… ¡Presionaba! Y yo me preguntaba (como la Torroja), cuántos meses haría que el chico no jugaba 81 minutos a un nivel tan razonable; que hasta peinó decisivamente la apertura de Modric (esa elegancia con el exterior inolvidable ya) que inició el segundo gol del de la mano vendada, el paciente francés, reformado, celebrando como un troglodita barbado que le hubiera pegado fuego al tejado de Notre Dame… Apendicisco. Puede que haya esperanza y milagro para él, si es que es cierto que el PRI todo lo puede.
El Morciégalo… Defendió atacando durante toda la primera parte, y hasta que Truchel le pegó fuego a la izquierda con Draxler y Sarabia. Salió muy bonito a veces de la cueva el PSG en la segunda parte, con un Neymar atejonado, y tocando en líneas que jugadores de espaldas trazan como relámpagos… Hay que estar muy concentrado para que no te pasen cosas malas con tanto perro sarnoso. Y por ahí se le fue al Madrid la victoria, en un par de chispazos de esos que te estropean el whisky del final, justo antes de irte a dormir con la satisfacción del deber cumplido y el calor arrebujándote las pelotas.
Los relámpagos del PSG, por un lado. And the fuckin´ monaguillo, por el otro. Y lo mucho que me gusta que el Madrid chute desde fuera del área, que recupere ese fútbol de equipo, esa masa y oleada de noche europea, esos huevos repletos de ganas de inseminar el mundo entero que hacen que te olvides hasta del bigotito impaciente de Captain Magneto y las cagaditas de mosca de Varane y el Pijamero (chico, no tientes tanto a la suerte con el modelito poloflán, que pareces un Mizisú de pega).
Fue un gran partido, bastarditos. Que luego pitáis a Severiano y se lesiona Hazard. Haceos cargo de vuestros poderes nefastos y permaneced calladitos. Al Dios del Fútbol le gusta el PRI. No os resistáis, o nos castigará a buen seguro.
El Socio
Sí, bueno, ¿no? Ignoro si Zipayo sabe de tácticas; es posible que no tenga ni puta idea y que se las pase un ayudante en una de esas hojitas con el campo ya impreso. Pero al fin y al cabo, ¿para qué necesitas tácticas cuando tienes mejores jugadores y un plan general bien definido? Quizá nuestros chicos se hayan aprendido muy pocas jugadas mirando a una pizarra, pero empiezan a jugar de memoria, a predecir los movimientos de los compañeros y a sentir el mojo circulando en su interior. ¡A tomar por culo las tácticas! Sin tanta historia, ayer le pasamos la polla por la cara al Equipo Frankenstein de la petrodictadura qatarí.
Al final hicimos el mónguer, cierto, pero mejor que ocurra en una situación así que en un partido realmente decisivo (el primer puesto del grupo lo teníamos perdido, en verdad). Con algo de suerte, el regustillo amargo del empate servirá para que le den un electroshock en los cojones al acomodado de Varane y para disciplinar a defensa y portero en general; que hablamos de mala suerte, pero la salidita de Pichabrava ante Ricardi casi nos deja con diez durante medio partido. En fin, tampoco íbamos a pasar de equipo que empata con el Lega a la perfección sin más nii más. La verdadera pena fue que ese último tiro de Bale no mandara cientos de kilos de pipas por incontables gaznates de rumiantes presuntamente madridistas. Pena también que poco antes nuestro negro no viera a un Benzema solo para arreglar el desaguisado; claro que el instinto de tirar no es malo…
Bapé: sigue siendo el tipo al que todo se le supone y que jamás es decisivo en las grandes ocasiones. Que si «electricidad», que si «siempre pasan cosas cuando la toca», que si su puñetera madre negra. Méate a tres y revienta la portería, me cago en mi puta vida; ayer volvió a ser testigo privilegiado de una derrota de su equipo hasta que su compañero de selección le hizo un impagable regalito. Mientras no se demuestre lo contrario, este jugador crecido entre algodones ofrece poco más que lusecitas.
– Real Madric: 2 (Benzema)
– Pesegué: 2 (Bluffbapé y Sarabia)