Por Civ.
Pocas sorpresas ofreció el once de Mourinho, se puede decir que sacó las mejores galas calibrada la importancia de la cita. Como suele ser habitual en las grandes ocasiones, el Madrid quiso marcar el territorio con una salida intimidatoria: en los primeros minutos disparamos mucho (sin puntería) y tuvimos una opción de gol clamorosa con un remate de Coentrao que, previo toque in extremis con la yema de los dedos de De Gea, se marchó al poste. Ferguson sorprendió con su alineación al renunciar al mediocampo, dejando un equipo un tanto partido: seis jugadores defendiendo y cuatro atacando. Esto nos hizo gozar de un dominio claro en unos primeros 20’ con muchos espacios por explotar. Además, los red devils sufrían en defensa, en especial por las entradas de Cristiano y Coentrao por banda izquierda, viéndose Rafael impotente para frenarlas. En definitiva, buenas sensaciones hasta que llegó un inoportuno saque de esquina…
El Madrid, con y sin Casillas, sigue teniendo en los balones parados su particular enfermedad crónica. Así, en un córner, cuando teníamos el partido aparentemente donde queríamos, sufrimos un gol muy dañino para la eliminatoria. En primer lugar, hay que decir que dicha acción nace de un lance dudosísimo (las cámaras determinan que debió señalarse saque de puerta) en el que pecamos de pardillos. Si la jugada no es clara nunca se puede conceder la posibilidad de córner a la ligera, y los nuestros estuvieron muy pasivos y no hicieron nada para evitar que el balón saliese por línea de fondo, pensando que el saque nos favorecía. Detalle de falta de concentración y de exceso de confianza. En el saque en sí, Wellbeck se adelantó a Ramos para ganarle el salto y cabecear a placer, ante la media salida de D.López. Ambos, Ramos y López, estuvieron mal en la acción, el portero por no aprovechar su altura en este tipo de centros (recordemos, 1m96) y el defensa al andar tan despistado en la marca.
A partir de aquí, dio la sensación de que el United había hecho su trabajo, y su inseguridad de los primeros minutos fue desapareciendo. El Madrid, por su parte, tuvo una respuesta rápida, viendo premiado su buen trabajo en ataque. Siempre por la banda izquierda, Di María fue el encargado de aparecer por sorpresa para buscar un centro ganador a la cabeza de Ronaldo, estilo Mestalla. El balón del argentino, curvado y al segundo palo, fue rematado en ingrávido salto por C. Ronaldo para marcar el 1-1. Minimizamos el daño de su gol, pero todavía quedaba mucho que remar. El primer tiempo terminaba con sensaciones encontradas: como de costumbre, Cristiano era el encargado de desmarcarse de la habitual falta de acierto de cara a meta que nos caracteriza este temporada. Un muy activo Özil (forzó dos buenas intervenciones de De Gea), un Di María en buena forma al fin y un Coentrao con mucha presencia en zonas avanzadas pusieron voluntad en acompañarle, mientras que Benzema anduvo desaparecido.

La segunda parte fue un ejercicio frustrante. El equipo de Ferguson renunció a la pelota, dejándole al Madrid abundante posesión, baldía la mayor parte del tiempo. Se embistió mucho, pero las jugadas de ataque generalmente terminaban sin consecuencias. De Gea estuvo muy sólido, aunque en el segundo tiempo sólo tuvo que dar lo mejor de sí en una nueva llegada de Coentrao a los 61’, un remate con más intención que fuerza que el portero español sacó con los pies en extraño escorzo. El United, recogido atrás, se permitió respiros a la contra con balones a Van Persie. El delantero holandés tuvo tres ocasiones clarísimas de marcar, dos solventadas por óptimas intervenciones de D.López -que se resarció en parte de su error en el gol- y otra sacada bajo palos por X. Alonso. Los cambios en el Madrid no tuvieron el efecto deseado, aunque Higuaín estuvo algo más activo que Benzema, cayendo a las bandas y buscando los centros. Parece que Mou ha perdido la fe en el argentino como delantero centro y prefiere de él una versión parecida a sus primeros tiempos en el año de Capello, donde actuó comúnmente de extremo. Las otras permutas (Modric por Di María y Pepe por X. Alonso) llegaron demasiado tarde para tener mayor relevancia. Con Di María vaciado en la primera mitad, se echó de menos a Modric antes, dando más alternativas a un ataque monocorde. En el caso de Xabi, el tolosarra tenía problemas físicos, y tras una primera mitad excelsa, desapareció en la segunda, no realizándose la sustitución hasta los 84’. El caso es que el partido terminó con sabor amargo, y el resultado se mantuvo como una losa para dentro de 15 días.
En cuanto al arbitraje, he de reconocer que, aunque a veces ocurran maniobras muy siniestras, me gustan más los arbitrajes UEFA que los de la Liga española. El encuentro adquirió un ritmo muy interesante para el espectador, al no verse constamente interrumpido por el Sr. Felix Brych, y eso siempre es de agradecer. Le quedó en el tintero al alemán un posible penalti por carga ilegal, pero siendo francos tampoco es algo que se pite todos los días. Sobre las actuaciones individuales, el jugador de rendimiento más regular en el partido fue Fabio Coentrao. En el Madrid se ha convertido sobre todo en un especialista defensivo, pero en días como ayer demuestra que tiene mucho más. Que las dos jugadas más interesantes, gol aparte, lo tuvieran como protagonista, dice mucho en su favor, y poco en el de los atacantes. También me gustó Varane, que une sobriedad y elegancia en sus intervenciones, se complica poco y con su velocidad puede corregir desajustes, ganándole un par de carreras comprometidas a Wellbeck. En contraste, sus dos compañeros de zaga estuvieron flojos en líneas generales. Arbeloa aportó poco en ataque (típico) y Ramos cometió constantes torpezas que hacen que su titularidad se vea legítimamente discutida.
Para la vuelta, Ferguson no es ningún Bielsa ni Pellegrini y buscará el partido que le interesa, de cariz conservador, dándonos una pista con su segunda mitad. Es fácil imaginarse a este desacertado Madrid atacando 90’ en Old Trafford para acabar sacando un mísero 0-0. Señalar a los delanteros es fácil, pero lo cierto es que, teniendo que remontar, sería una decisión arriesgada la de Mourinho renunciar a los dos y probar con otro esquema. Sobre el futuro, ahora mismo pende de un hilo: quedar apartados de todas las competiciones en el mes de febrero sería un fracaso importante, pero en nuestra mano está evitarlo, en dos encuentros en los que partimos como favoritos y que pueden cambiar el rumbo de la temporada. Evidentemente preferiría no haber llegado a tal extremo, tirando de la épica de tiempos calderonianos, pero de momento temo que eso será mucho pedir. Pese a todo, aún no hay nada perdido y el equipo puede despertar en cualquier momento, a la espera de que 3-4 elementos clave se pongan a punto para la cuesta tan dura que afrontamos.
Civ. edita El Cuarto Tiempo.
– Real Mandril: 1 (El de siempre)
– Manchester United: 1 (Walbeck)
Incidencias: Animados cánticos en la grada… de los ingleses. Fuertes aplausos a Giggs… de los madridistas.
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