Ayer pregunté que cuál era el camino del puño y alguno pensó que me refería al Jet-Kun-Doo, a un Madrid samurai o algo así. Mirad, todo eso está muy bien y podemos explorarlo en el futuro, pero en noches como la de hoy no podemos andarnos con mariconadas. «El camino del puño» es el que enseñaba el maestro John Kreese en su célebre doyo Kobra Kai, y básicamente se resume en el título de la entrada: Pegar primero, pegar duro, sin piedad. Yo soy muy fan de Miyagi, pero el método de Kreese era muy legítimo también, y de hecho se ve al final del vídeo que acabó convenciendo al japonesito. Ésta va a ser otra larga temporada de lucha entre el bien y el mal (Mandril y Farsa), y es fundamental pegarles la primera hostia en todos los hocicos. Que vuelvan a casa lamiéndose las heridas y les empiecen a entrar duditas; que vean que somos una puta máquina de fútbol; que se acuerden de Buyo dando la vuelta de honor en el Nou Kampf.
¿Qué os voy a contar de tácticas? Que si 4-3-3, que si Di María, bla bla bla… eso se lo dejo a los expertos. Lo que es seguro es que partidos como éste se ganan en un 50% por la mentalidad, y me parece que hemos avanzado mucho en ese aspecto: no espero ver ni un besito ni una cara amable. Que sientan que no son bien recibidos y, si ellos nos odian, nosotros los detestamos. Y por favor, nada de pisar el freno: si se puede meter un gol, pues uno, pero si podemos meter cuatro, diez o veinte. Pita Teixeira, árbitro en la media española, es decir extremadamente mediocre y tarjetero, que tendrá la patata caliente de frenar los disimulos del Farsa Actor’s Studio. No espero ninguna valentía por su parte, aunque igual tiene una buena noche, vete a saber. Veremos cuántos desmayos se producen en el campo, y cuántos de los nuestros el partido. Llamada a la inteligencia a Pepe y Ramos.
En cualquier caso, confío totalmente en los chavales. ¿Somos mejores? Creo que sí. ¿Podemos ganar? Desde luego. ¿Qué resultado sería bueno? Cualquier victoria, incluso marcando la Farsa, para que allí nos bastara empatar. ¿Habrá apoyo del público? Menos que el de ayer, probablemente, porque viendo el precio de las entradas no creo que la grada la ocupe precisamente el pueblo llano. El entrenamiento a puerta abierta fue un movimiento extremadamente inteligente de Mourinho, que acercó el equipo a la afición. Detrás de mí había dos niños de 10 años que conocían a absolutamente todos los jugadores y lo gozaban. Al final será verdad eso de que «hay que pensar en los niños…» Es una verdadera lástima no poder disfrutar parte de ese espíritu habitualmente con una grada joven (¡hasta el Violencia tiene una ahora!), Florentino debe estar a otras cosas. Pero olvidémonos de los handicaps: pase lo que pase, y aunque el rival sea un lobo con piel de cordero, la victoria debe ser nuestra hoy.
– ¿Existe la derrota en este doyo?
– ¡¡¡No, sensei!!!
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