Don Ramón.
Hablábamos ayer de la terrible trayectoria del Castilla en la presente temporada, y del máximo responsable de las categorías inferiores del Madrid, Ramón Martínez. Desde hace tiempo, muchos se preguntan: ¿quién es Martínez? ¿De dónde salió, qué conocimientos ha acreditado para los cargos que ha ejercido? Muy pocos lo saben, si es que existe alguien. Parece ser que este señor apareció por generación espontánea un día de hace muchos años en el FC Barcelona, que por algún motivo le contrató para tareas de dirección deportiva. Futbolista desde luego no fue nunca, ni tampoco tiene el carnet de entrenador. Tampoco se sabe de ningún gran jugador joven de cuya contratación fuera directamente responsable. Lo que sabemos seguro es que sabe relacionarse muy bien, y se ha valido ampiamente de esa cualidad para flotar como un corcho en los procelosos mares del fútbol.
Sin embargo, existen sobrados indicios para dudar de su capacidad, y lo que es peor, de su honradez. Esto es por su más que oscura relación con uno de los principales representantes de futbolistas de España, Manuel García Quilón. Los representantes son personajes que viven gracias a que los futbolistas son tan tontos que no valen ni para negociar las cifras de su propio contrato ni para echar una firmita en un papel, por lo que prefieren delegar en un listillo tan burro como ellos pero con mucha más jeta, que se lleva el 10% a cambio de realizar estas durísimas gestiones. Uno de los pocos futbolistas que usaban el cerebro por sí mismos, Santiago Solari, nunca necesitó de tales parásitos.
Se supone que el trabajo de los directores deportivos o de cantera es tejer una red que localice a las mejores promesas del fútbol nacional o internacional, y captarlas para su club. Pero en el caso de Martínez y otros, la cosa no funciona así: lo importante es colocar en el club el mayor número posible de futbolistas que represente su amigote. El currrículo de Ramón en este aspecto es muy amplio ya, y abarca varios clubes. Comprobémoslo: Uno de los hitos alcanzados en su primera etapa en el Madrid fue fichar para el Castilla a un tal Sebas, a la tierna edad de 25 años y portero suplente tres años seguidos en el Córdoba, cuando ya teníamos a un tal Diego López intentando consolidarse. ¿Y quién representaba al tal Sebas? Pues el amiguito del alma de Martínez, García Quilón. Lo gracioso es que este Quilón no es leal ni a sus propios jugadores, ya que también representa a Diego López, ¿pero por qué renunciar a una nueva comisión?
Ramón luego se marchó al Celta, pero la colaboración entre ambos amigos siguió siendo fructífera: así lo demuestran los fichajes por el club gallego de Adrián González (Me lo Merezco Junior), Roberto Trashorras, Nano, Tena y un viejo conocido de la afición blanca, el central Rubén González. Nada menos que seis jugadores del mismo representante fichados en menos de un año. Se rompió el coco Ramón buscando, ¿eh? En el capítulo de entrenadores estuvo también brillante, fichando al exitoso López Caro para el primer equipo, quien en este caso no está representado por Quilón… sino por Ginés Carvajal. Prefiero no hacer demasiado caso a los que apuntan que Carvajal y García Quilón son amigos íntimos, porque entonces se nos dibujaría un panorama realmente tenebroso. Yo quizá no pensaría mal de Ramón si no supiera que las comisiones generadas en estos traspasos podrían duplicar o triplicar el sueldo que percibía como director deportivo del Celta. Aunque sólo se llevara una parte (la otra para Manuel, claro), hablaríamos de un «suplemento salarial» muy interesante. Aquí pueden leer algo más sobre el tema (en un español algo peculiar, eso sí).
Don Manuel. Corbata elegantísima.
Pero si Ramón tiene amplias habilidades sociales, Manuel es tanto o más popular que él, siendo auténtica uña y carne con algunos entrenadores que, ¡¡oh, casualidad!! piden fichar a montones de jugadores representados por su camarada. Uno de estos entrenadores es Gregorio Manzano, del Mallorca, que se ha llevado a su club nada menos que a cinco potros de la cuadra Quilón: Mario Suárez, Corrales, Callejón, Jurado y de nuevo Rubén, tras salir rebotado de Vigo. Pero todos porque tenían mucha calidad, ¿eh? Nada de tejemanejes ni cosa parecida. Aquí más datos sobre el tema.
Otro amiguísimo de Quilón es Quique Sánchez Flowers. Tan estrecha era la relación entre ambos que existen fuertes rumores de que acabó provocando la destitución de Quique en el Valencia, por las continuas injerencias del representante en la vida deportiva del club. No problem, Quique se buscó una nueva vida en Lisboa, en el Benfica, con el siempre fiel Manolo proporcionándole paquetes a un ritmo regular. Al fin y al cabo todo jugador merece una oportunidad, y el negocio (económico, que no deportivo) al final cojonudo. Así se entiende el poco comprensible interés del club lisboeta por grandes figuras del Madrid como Balboa y Javi García, tal como contamos en una entrada anterior.
Con este breve resúmen creo que ya podéis haceros una idea de la honradez a prueba de bombas de nuestro director de cantera, y de las buenas compañías con las que se rodea. En este enlace podéis leer las reacciones desconsoladas de la afición celtiña durante este verano, cuando se enteraron de que Ramonciño abandonaba el barco. Pura desolación. Es obvio que a nuestras categorías inferiores les espera un futuro esplendoroso, y que dentro de poco palidecerán de envidia clubes como el Ajax o el Arsenal, por nuestro imaparable ritmo de promoción de jóvenes cracks. Valdano y Floren sin duda han escogido bien, peinando el mercado para encontrar al mejor hombre posible, en lugar de tirar a lo fácil y conocido. ¡¡Brindo por ello!!