Una entrada dividida en dos partes y variadita, para el niño y la niña. Los buenos aficionados madridistas -que no somos tantos, ¡ojo al dato!- andamos dándole vueltas al criterio de Manuel Pellegrini para alinear a unos jugadores o a otros. ¿Serán filias, serán fobias? ¿Es politiqueo, o simplemente un ajustado plan físico para administrar esfuezos? Un artículo de nuestro amigo Torres en El País ahonda sobre el tema, incidiendo en el aspecto científico del asunto. Estas frases del técnico son reveladoras: «Mi idea es que las rotaciones son absolutamente obligatorias para que haya un equilibrio físico, técnico y mental en todo el plantel. Antes de jugar contra el Xerez ya tenía pensado el equipo que jugaría en Villarreal.»
Asegura el texto que Pellegrini se sabe el calendario de competición de memoria y va a administrar los minutos consecuentemente. Así, cabe la posibilidad de que las alineaciones de los jugadores estén preasignadas, independientemente del rendimiento de cada uno. Pero lo cierto es que, de ser tal cosa verdad, eso no descarta un elemento político en las rotaciones: los malpensados aún podemos sospechar que Pellegrini quiere sentar a Baúl más de lo que lo hace. Pero claro, eso nunca saldrá de su boca. El artículo apostilla: «Los médicos y los técnicos del Madrid evalúan semanalmente a los jugadores para determinar su grado de fatiga. La plantilla es sometida a análisis de sangre entre cinco y seis veces por temporada para verificar niveles de hierro, glóbulos rojos, hemoglobina, hormonas, etc. Además, se hacen pruebas con pulsímetro, y con el sistema Omega, que mide la frecuencia cardíaca para determinar el estado físico. Todo eso se coteja con la base de datos del sistema de cámaras Amisco, que registra los kilómetros recorridos por cada jugador y la velocidad durante los partidos.»
Ah, el sistema Amisco, un día hablaremos de él. Me encantaría ver las estadísticas de distancia recorrida en un partido desglosadas por jugador. ¿Y si resulta que el de los récords recorre mucha menos distancia de lo que parece? ¿Y si los análisis dicen que está mucho más fatigado de lo que nos quieren hacer creer? ¿Alguna vez veremos una comparativa de velocidad y resistencia entre los miembros de la plantilla, dejando aparte las fábulas de Ulises Sánchez? Bueno, al margen del tema de las rotaciones, estas palabras de Pelle tras el último partido renuevan la esperanza: «Al sentirnos con uno más quisimos desequilibrar individualmente, pero quiero destacar que defensivamente estuvimos muy bien, apenas nos llegaron y con el correr de los partidos iremos jugando con más naturalidad, con dos toques y corriendo menos con el balón». ¡Ese es el camino!
La segunda parte de la entrada va dedicada a todos los que me dicen que no mezcle fútbol con política:
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La foto ha causado un gran impacto. Gente de todos los estamentos sociales aún no termina de dar crédito a la estampa que nos llega desde Niu York, mostrando al matrimonio Obama con nuestro inefable ZP y dos de las criaturas que ha concebido junto a su mujer. La foto se comenta sola, pero al mismo tiempo da para debatir horas. Lo primero que se me ocurre es: ¿qué tipo de contacto con la realidad tiene un tío que no sólo se lleva a sus hijas a la ONU -donde no pintan absolutamente nada-, sino que además les permite que le saluden al presidente de EEUU disfrazadas de auténticas mamarrachas? Es un ridículo personal de ZP, pero también un poco de todos los españoles.
Siempre he pensado que mirando a una persona joven puedes saber mucho de sus padres. Si el muchacho o muchacha en cuestión es vulgar, estúpido o maleducado, hay altas probabilidades de que sus progenitores compartan algunas de estas características. Y si el problema es que no han tenido tiempo para criarles, no haberlos cagado al mundo, oye. Las hijas de ZP presentan un sobrepeso notable, lo cual quizá a nuestro ínclito presidente le dé igual, pero lo cierto es que la obesidad es un problema de salud de primer orden, sobre todo en una persona joven, por los efectos psicológicos que puede acarrear y las malísimas rutinas que suele conllevar. Hablando claro, y excepto en los casos de problemas hormonales, si un padre no quiere sus hijos no son gordos. Parece obvio que la tal Sonsoles debe ser de las que no saben ni freir un huevo, y ha sido incapaz de planificar una dieta saludable para las pedorras de sus hijas; eso, o estaba demasiado centrada en su importantísima carrera de gorgoritera. ¿Esperaba quizá que las criadas cocinaran sólo cosas sanas para las pequeñas? El matrimonio ZP, sin duda acomodado, ni siquiera se ha molestado en llevarlas a un endocrino para que las diagnostique y las ponga a dieta, dejándolas «expresarse» y crecer en plan silvestre. Tanto es así que incluso están contrahechas, con un probable problema de espalda que tampoco se han molestado en corregir.
¿Y la ropa? Ya es bastante triste que una niña de 14 años -en el caso de la menor- se haya adscrito a un estilo tan antiestético y vacuo como el gótico, pero al menos el día que llevas a las nenas a ver al hombre más poderoso de la Tierra podrías haberles pedido que se quitaran el puto disfraz y parecieran personas con sentido del ridículo, aunque sólo fuera unas horas. Por Dios, miren las botas de la morena; ¿dónde cojones se creía que estaba, en el rodaje de Mad Max 4? Huelga decir que de no haber sido hijas de un invitado, por pánfilo que éste sea, jamás se les habría permtido el acceso a personaje tan relevante con semejante facha. Especialmente grave es que la mamá no sólo consintiera, sino que abundara en la afrenta, vistiendo a juego con las niñas y completando una escena tan embarazosa que se comentará en los salones de la Casa Blanca durante muchos años. El contraste con Aznar es brutal: mientras el ex-presidente se supera y perfecciona físicamente, el okupa de la Moncloa permite que su familia se entregue al feísmo y el adocenamiento, haciendo además ostentación de ello.
Lo peor es que nuestro presi ignora que está quedando como un cretino de primerísima categoría ante un presidente americano. Está en su realidad paralela, donde el «cambio climático» es una prioridad mientras en su país se destruyen miles de empleos diariamente, y un cacique como Zelaya en un «presidente legítimo y democrático». Mira ZP, el tal Mel es un aprendiz de Chávez que intentó saltarse todos los mecanismos legales para hacerse un referéndum a medida que lo perpetuara en el poder, para así poder convertir Honduras en otra pseudo-Cuba y dejarla bien jodida durante décadas. ¿Por qué no acepta las elecciones de Noviembre, eso no le parece «democrático»? Zetaparo, ya has hundido a un país, no arrastres a más gente a la ruina y la desesperación, por Dios. A los gilipollas nadie os exige que seais brillantes, sólo que no hagáis mucho daño, así que cállate ya, por favor. Dimite, vete a tu casa, aunque sólo sea para que tus compatriotas conservemos algo de dignidad. En fin, felicidades, ya tienes tu «boda de Ana Aznar»: has mostrado los horrores estéticos y morales del progresismo, y además con terrible eficiencia: en el corazón mismo de la democracia y con una simple foto. Al menos te ha salido más barato que lo de los Jerónimos.
Tonto ¿útil?
Hablando de Chávez, el tipo coincidió, no creo que causualmente, con nuestra calamidad presidencial en la ONU. La verdad es que el espectáculo de verlo hablando en el estrado agitando un panfletillo anticapitalista también era algo sonrojante, pero nada que no se haya visto ya en esa desprestigiada tribuna un montón de veces. Como bufón mayor llevaba a Oliver Stone, indigente intelectual que graicas a la tolerancia de la grandiosa democracia americana no ha sido fusilado por traidor y gilipollas, especialmente lo segundo. Por cierto, su peliculita-mamada a Castro de hace unos años («Comandante») estaba financiada por, tacháaaan: Yauma Rouras. Todo lo malo converge, amigos, todo converge.
Precisamente con Castro tiene que ver el último espectáculo grotesco del día: un hilarante vídeo en el que vemos al arreglamundos Juanes reducido a las lágrimas por las condiciones leoninas que el régimen de la utopía cubana le impuso para su conciertito por la paz. Le acompañaba otro coloso intelectual, el hijo favorito del régimen (español), Papito Bosé, quien acabó también llorando como una magdalena, fundido en un abrazo con su colega. ¿Pero qué esperaban exactamente este par de estúltidos? Se fueron a echarle cacahuetes a la bestia y ésta les comió el brazo. ¿Soltaron a algún preso político gracias a su bolito de la Habana? ¿Cuál ha sido exactamente su contribución a «la paz», van a rendirse los talibanes de Afganistán, se va a desarmar Corea? Que le pregunten a Chávez por esos «coheticos que van a llegar de Rusia«, con los que va a colmar de paz y estabilidad la zona. O si no a Oliver Stone. O a ZP.
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